Levántate y cocina
Hace tiempo me planteé un reto: convencer de las bondades de la cocina a los más reacios a meterse en ella. Lo tengo difícil.
Sé que mis lectores convencidos, con los que intercambio palabras muy a menudo, son de mi opinión o muy parecida. Esto va para los que ven la cocina como una pérdida de tiempo, cuando uno puede comer cualquier cosa, y no le encuentran gracia alguna a estar cocinando 3 horas para que luego desaparezca en 5 minutos, y que recurren siempre al no tengo tiempo. Repito, sé que lo tengo difícil, principalmente porque es raro que aparezcan por aquí.
Ilustración: Sara Cerezo
Razones objetivas para cocinar
Podría argumentar primero un par de razones objetivas.
Salud
Si te molestas en saber lo que compras, cómo lo cocinas, y planeas unos menús saludables, no hay duda de que objetivamente estarás comiendo mejor. No hay más que leer en la etiqueta de cualquier producto precocinado la lista de conservantes. Y ¡ojo! que yo no soy una persona que esté en un sinvivir, mirando como loca todas las composiciones —que igual debería—, y que compre todo ecológico —entre otras cosas porque no puedo— y voy alternando de la mejor manera posible lo que podemos encontrar todos los días en los mercados, sobre todo intentando que la dieta sea lo más variada posible.
Economía
Aquí, poco que comentar. Mira lo que vale un paquete de croquetas precocinadas. Por el mismo precio hago el doble de croquetas caseras, y sé lo que llevan. Y así seguiría dando ejemplos.
Y otras subjetivas
Y hay otro montón de razones subjetivas de lo que la cocina significa para cada uno. Para mí es mi spa particular: me relaja y a la vez me cansa físicamente, que ya bastante le doy a la neurona sentada en la mesa mi oficina. Además, disfruto comiendo. Como tengo poco tiempo libre, he trabajado bastante el hecho de ir a comprar un poco más despacio, saboreando el momento y no enloquecida, metiendo en el carro las cosas deprisa, deprisa, que no llego.
También creo que es un punto de encuentro fantástico en tu casa, cuando tienes confianza con unos amigos. ¿Dónde se acaba siempre? ¡En la cocina! Me encanta el trasiego que hay de mis hijas y mi marido diciéndonos a mi madre y a mí “qué bien huele”. Y qué decir del típico día de frío en la calle, cuando cada uno llega de sus cosas y al abrir la puerta le llega ese olor a un buen caldo o a un buen pan casero…
Y por supuesto me encanta seguir la tradición de mi madre, mejorando cada día, reinventando las sobras, porque, aunque no son muchas porque en casa se cocina bastante ajustado de medidas, no soporto tirar ni un grano de arroz, y hacer las recetas que se llevan haciendo en casa toda la vida y otras muchas que tengo ganas de probar.
Running
El movimiento runner, que tanto entusiasma a muchos de mis lectores, ha sabido explicar muy bien las bondades del ejercicio, la capacidad de superación en cada pisada, el vencer la pereza que da salir a correr en un día de lluvia. Mi amiga @cristinamitre siempre me lo dice: te ayuda a ser más fuerte. Y han conseguido convencer a muchos indecisos.
Me encantaría a mí saber enganchar así a mis no lectores, explicarles que vencer la pereza para meterte en cocina es ganar en salud, que ese “no tengo tiempo”, es sólo una cuestión de prioridades, como casi todo en la vida, que somos lo que comemos, y que nuestro día a día y nuestra memoria muchas veces se vuelve mucho más viva con el recuerdo de una receta de nuestras madres, o con el olor de unas rosquillas que hacía la abuela, o con un plato que compartimos con nuestra pareja, o esa algarabía de los niños cuando algo les gusta tanto.
Encuesta
Hace un mes, cuando empecé a esbozar esta entrada, pregunté a los lectores que nos siguen en Facebook la siguiente cuestión:
Participaron 127 lectores. Sus opiniones, muy detalladas y enriquecedoras, y que te invito a leer aquí, se pueden resumir en la siguiente tabla:
[table width=”50%” th=”0″ colalign=”left|right”]
Amor,25,61%
Salud,23,78%
Relax,16,46%
Satisfacción personal,14,63%
Placer, 4,88%
Creatividad, 3,05%
Magia, 2,44%
Pasión por la cocina,2,44%
Tradición, 2,44%
Felicidad,1,83%
Cultura,1,22%
Economía,0,61%
Memoria,0,61%
Total,100,00%
[/table]
Y tú ¿por qué te metes —o no— en la cocina?
Creo que compartir opiniones, respetarlas y crear un debate sano es de las cosas más enriquecedoras que hay.
Su