Salmorejo manchego diferente
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Un minuto. Para un minuto. Cuenta con los dedos de la mano tus amigos. No, no. No tus amiguetes. Tus verdaderos amigos, esos que son especiales, y por los que harĂas cualquier cosa que te pidieran. No sĂ© vosotros, pero con los años a mis verdaderos amigos los cuento con los dedos de una mano… Eso sĂ, sĂ© que los tendrĂ© para siempre.Pues yo creo que ha llegado el momento de que les hagamos un homenaje. ÂżLes invitamos a comer?Pues sĂ, señores. Vamos a hacerles un salmorejo, y se lo vamos a presentar en un cuenco, pero no de loza, sino de pan. Os vais a echar unas risas cuando lo saquĂ©is a la mesa. Y es de lo que se trata Âżno?Es muy, muy fácil de realizar. Y os animo a hacerlo. TambiĂ©n me apetece que disfrutemos los cocineros. Por eso siempre hay que pensar con antelaciĂłn el menĂş, ver lo que se puede adelantar y lo que no. Cuando yo me pongo a organizarlo, opto por un postre que pueda dejarse preparado la tarde de antes, que hay muchĂsimos. Respecto a los aperitivos, siempre pongo la mitad que se puedan dejar preparados y la otra mitad para darles el toque en el momento. No sĂ© como, pero los del momento suelen ser los más ricos. Sobre los platos principales, pues hago como harĂ©is vosotros: si me lĂo en el primer plato, el segundo lo tengo que tener hecho; si es al contrario, me decanto por un primer plato que pueda elaborar con anterioridad. Se trata de disfrutar todos, no convertir una comida de amigos en un suplicio para los anfitriones. Considero que es de lo más gratificante estar pendiente de los detalles, y con buenos amigos, se disfruta hasta de un buen bocata.Este cuenco lo vi en el libro del que siempre os hablo: “Panes”, de Richard Bertinet.
Salmorejo manchego diferente
personas
Ingredientes
Para el cuenco
- 500gde harina de fuerza
- 10gde levadura fresca de panadero
- 10gde sal
- 50gde aceite oliva virgen extra
- 300gde agua —si hiciera falta, añadir 10 g más—
Para el salmorejo
- 1kgde tomate maduros y rojos
- 1dienteajo
- 200gde miga de pan blanco de un dĂa para otro
- 25gde vinagre de buena calidad
- 150gde aceite virgen extra
- 1cucharaditade sal
Para adornar
- 1huevo duro
- 4lonchas de jamón ibérico
PreparaciĂłn
Disponible también:
- Precalentar el horno a 250ÂşC.
- Mezclar la harina con la levadura.
- Añadir la sal, el aceite de oliva y agua.
- Trabajar la masa hasta que cobre consistencia.
- Dejar reposar en un sitio cálido 30 minutos.
- Aceitar ligeramente la parte externa de 8 cuencos refractarios de desayuno.
- Cuando la masa haya reposado, volcar la masa sobre la zona donde vayamos a trabajar y dividirla en pedazos de 100 gr más o menos.
- Tomar un trozo de masa y formar un cĂrculo. Retirar con un pincel la harina sobrante y modelar la masa en torno a los cuencos boca abajo. Cortar lo que os sobre.
- Hay que presionar bien para asegurarse que no quedan burbujas de aire entre la masa y el cuenco. Dejar reposar otros 10 minutos.
- Bajar la temperatura del horno a 200˚ y hornear 20 ó 25 minutos, hasta que veáis el cuenco dorado.
- Retirar del horno y dejarlos templar.
- Con la ayuda de un cuchillo de hoja fina, los cuencos se desprenden divinamente.
- Dejarlos enfriar en una rejilla metálica.
El salmorejo
- Si no tenéis Thermomix, poner en un bol los ingredientes y pasarlos bien con una batidora. En este caso, aconsejo pelar los tomates.
Un tema que me parece fundamental: Los cuencos congelan de maravilla. El tiempo de horneado se rebaja en 5 minutos y cuando están ya frĂos y descansando en su rejilla, intercalamos un trozo de papel apto para horno entre cada uno. Descongelar una hora antes de usarlos, y calentar tres minutos en el horno a 180Ëš C.
Cuando nuestros invitados estĂ©n ya en la mesa —zampándose los aperitivos—, en un momentito os acercáis a la cocina, servĂs el salmorejo en el cuenco de pan, adornáis con el huevo y el crujiente de jamĂłn y… ¡comienza el espectáculo!
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