Crónica de la firma del libro de webos fritos: Guadalajara
Es todo un mito lo de que hay una feria del libro y termina lloviendo, pero la semana pasada en Cuenca así fue, y el sábado en Guadalajara no es que lloviera, es que diluviaba, y las casetas están situadas en un parque, con lo cual dependíamos totalmente de cómo se levantara el domingo el cielo… ¡y amaneció un día estupendo! Un poco fresco, pero con sol.
Y boli en mano y con mucha ilusión, nos fuimos a firmar el libro a la caseta de El Corte Inglés.
Guadalajara, 15 de Mayo. 12:30
- La primera persona que llegó a saludarnos fue Jorge, desde Azuqueca, al que agradecí que se hubiese acercado a vernos. Además de hacer unos panes extraordinarios —que me enseñó en su móvil— y de estar charlando un ratito sobre repostería, le regaló a su madre Granada un libro y a su suegra Maribel otro. No me digáis que no es una joya este muchacho: se acuerda de su familia y cocina genial ¡Lo tiene todo!
- A continuación tuve la ocasión de conocer a unos oyentes de la Ser, que siguen mis recetas de los miércoles en Hoy por Hoy. Dos hermanos cultísimos, que adoran los libros y la cocina, y apreciaron la apuesta de nuestra editorial por un libro de calidad. Se llaman Pedro y Xulio y desde aquí les mando un abrazo de nuevo.
- Cerca de nosotros, en Cabanillas, viven nuestros amigos los Pepacooks. Tienen un blog de cocina estupendo, que os recomiendo tener en favoritos, al lado de los webos, que para eso somos vecinos.
- Luego llegó Kaori con su hijo Pablo. Estuvimos comentando su periplo para poder conseguir el libro, ya que el mensajero lo entregó por confusión al portero de un edificio de al lado de su trabajo, y casi no lo tiene a tiempo para poder venir a la firma. Al final gracias a Amparo, de Ciudadela, lo tuvo el viernes por la tarde. Me hizo mucha ilusión hablar con ella, ver a su niño y poder compartir un ratín.
- Los siguientes en la cola de firmas estaban mis amigos los maños, Ana y Nacho, con su nena Irene y su minichef Javier. Con ellos departimos sobre la importancia de los niños y la cocina. Espero que disfruten mucho del libro.
- Merce, Santi y sus hijos, amigos de siempre, que se acercaron a acompañarnos, y a que les firmáramos libros para un compañera de trabajo y sus dos hijas.
- José Luis, amigo de amigos comunes, tenía prisa, pero aún así pudimos charlar unos minutos.
- María Jesús y Daniel vinieron a Guadalajara desde el maravilloso pueblo de Jadraque. Me comentaba el éxito de sus panecillos de hamburguesas, de las magdalenas, del roscón… Le encanta toda la repostería. Con ella tengo contacto a través de Facebook, y lógicamente, me hizo mucha ilusión que hubiesen cogido su coche y se plantaran en Guadalajara y poder ponerle cara.
- Cecilia y Jaime con su nena de tres meses, se acercaron paseando hasta la feria para que les firmásemos el libro. Me encantó que estuviesen alli. Faltó su hermana Ana, que no pudo venir, pero como siempre la veo en el Mercadona puede ser un buen momento para firmarle su libro.
- La familia de Lola —su madre, su marido y sus niños— se acercó a vernos y que les firmáramos el libro. Desde aquí le mandamos un beso fuerte a Lola, que está recién operada. Comentábamos con esta familia que la abuela de Lola era una gran repostera y quedaron en mandarme alguna receta de su cuaderno, que saben que yo esto lo aprecio mucho.
- Le tocó el turno a Martín, que vive en Guadalajara y que, paseando por la feria, vio el libro, y sabiendo que su hermana Susana, que vive en Madrid, es lectora de webos, decidió comprárselo y regalárselo por sorpresa. Desde aquí le mando a ella un beso muy fuerte, y doy a Martín las gracias por el rato que compartimos.
- Graciela vino con su marido Nacho, y se plantaron en Guadalajara desde Madrid. Ella es cocinera de todo webos: se ha hecho prácticamente todo el recetario, y con la misma fruición que ella cocina, él se lo zampa todo. Fue un momento estupendo. Además ellos querían dar una vuelta por Guadalajara y tomar unas tapas, y la cola se convirtió en corrillo para dirigirles a los sitios donde tomar algo.
- Agradecí que Mayca engañara a su marido y vinieran desde Alcalá a vernos. Hace pocos días que me había escrito a raíz de la tortilla financière. Contaba yo que mi madre la había probado en una boda en Guadalajara en 1965. Los padres de Mayca se casaron ese año y lo celebraron en ese hotel, y en su menú iba la tortilla financière. Mis padres y los suyos no se conocen, pero ¡no me digáis que no es una casualidad bárbara!
- Me hizo mucha ilusión que se pudiera acercar Isabel con sus hijos Luis y María. Está muy liada, por eso se lo agradezco tanto. Luis es compañero de clase de mi hija pequeña, y por lo tanto probador oficial de muchas de las cosas que hago para niños. De hecho las gominolas que salen en el libro acabaron en la clase de Beatriz. ¡Ser probador oficial de webos es muy importante! La nena pequeña, María, me dió el libro para firmar con todo el cariño ¡Qué momento más extraordinario!
- Le tocó el turno a mi tía Marisa, que compró el libro para su compañera de fatigas, Conchi. Espero que le guste.
- A continuación, mi fisio Almudena y su marido se llevaron un libro para Pury. Gracias a ella muchas veces soy persona, ya que tengo la espalda de pena desde hace muchos años y en su clínica me ponen a punto —bueno, o casi, que soy un caso patético—.
- Alberto y su hija Patricia fueron los siguientes. Me consta que a Patricia le encanta la cocina desde que era bien pequeña, me alegré mucho de verles por la Feria. Hemos compartido muchas veces resultados de recetas.
- Los amigos seguían llegando: Susana, con sus hijas María y Claudia, sacará mucho provecho al apartado ‘Voy con prisas’. A su hermana Ana le gustará ‘Hoy me siento el mejor chef‘: no sabéis como cocina… Y Blanca, su otra hermana, con ganas pero ciertamente algo de alma descarriada con poco tiempo, disfrutara de este apartado.
- Ya acabando, Jorge, Manolo y Alexis: que son como de la familia —bueno, alguno incluso es de la familia—, y que después de una noche de parranda tuvieron el humor de venir a vernos , comprar el libro y echarnos unas risas.
- Y como donde hay confianza, da asco, dejamos para el final a mis vecinos del segundo, Silvia, Gonzalo, Víctor y Mario, catadores también de webos —al revés también, nosotros somos comedores de sus cosas—. Querían regalarle un libro a su cuñada Vero, y tuvieron la paciencia de esperarse hasta el final.
- Ya de camino al coche, vimos en la caseta de la librería Lua —que apostó por el libro desde el principio— a Toñi, la profesora de baile de mis hijas desde hace 10 años, con su marido Felipe y su hija Paula, y acabamos las firmas allí.
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Por último, queremos dar las gracias a Mercedes, a Elena, y a Ana, que ya se había ido. Son las personas de El Corte Inglés que estuvieron atendiendo a los lectores. Pasa que su horario de comida era a las dos, y eran las tres menos diez y allí seguíamos. Ellas comprendieron en todo momento que cada persona, que va con la ilusión de su libro, necesita su tiempo, y que es una firma de libros un poco más especial que la típica de un autor sin relación con sus lectores y agradecer a las personas que compraron el libro, entre ellas Vicky y Tomás y que por prisa o por pudor no salieron en las fotos.
Emplazo ahora a los madrileños: ¡el próximo sábado 28 tenemos una cita, estaremos en la feria del libro por la mañana y por la tarde, en breve os detallo horas y sitios! Habrá alguna fecha más que tengo pendiente de confirmar y que os avisaré en cuanto la sepa.