Qué cámara me compro para fotografiar comida
En 2010 y 2011 publiqué por Navidad unas guías de regalos para fotógrafos gastroblogueros. Recibo frecuentemente correos pidiéndome consejo: “¿Qué cámara me compro?”. Por eso escribo de nuevo de este tema que siempre os preocupa. Pero más que realizar una guía completa con todos los productos, voy a dividirla en tres, y además, no voy a escribir una lista de aparatitos, sino que voy a intentar enunciar unos criterios que te permitan escoger el producto que más se adapte a tus necesidades. Hoy toca cámaras y objetivos.
Qué cámara me compro
Yo te recomendaría que fijaras tres variables, y que decidieras en función de ellas.
Mis habilidades
Antes de empezar a marearte con marcas, modelos, megapixeles, efes y raus tómate un tiempo para pensar qué quieres hacer. Mi caso no es el más común. Puede que no tengas tiempo de aprender a manejar una cámara complicada o no quieras dedicarte a ello, y sólo quieras acabar de emplatar y disparar la foto. Quizás te baste con el móvil… Tengo pendiente de escribir una entrada hablando de esto. ¡Espero que pronto!
Fijar tu modelo de trabajo determinará cuál es tu cámara ideal. Aunque cada vez es más difícil porque los límites se diluyen cada vez más, básicamente optarás entre:
- Móvil. Cada vez los móviles tienen mejores cámaras. Su ventaja es clara: todos llevamos el teléfono en el bolsillo todo el día.
- Compacta. Este tipo de cámaras va perdiendo fuelle, porque le comen terreno los móviles. No obstante una cámara es una cámara. Éstas además mantienen la ligereza de los móviles.
- Bridge, EVIL o CSC. Las agrupo porque están a medio camino entre compactas y réflex. Hay tanta variedad que es difícil destacar este grupo por algo, pero yo diría de muchas de ellas que la principal ventaja que presentan sobre las compactas es el uso de objetivos intercambiables y la posibilidad de emplear los formatos RAW.
- Réflex. En este caso estas mismas dos ventajas, pero con la seguridad de que están presentes en todos los modelos.
Los ficheros RAW almacenan en bruto la información que recibe el sensor, sin procesarla. Cuando una cámara genera un fichero jpg está procesando la información en bruto con un determinado perfil, fijo para todas las fotos. La posibilidad de procesar el fichero RAW manualmente abre un mundo de posibilidades. Y el agujero negro del tiempo, aunque no te asuste, que con la práctica y si has hecho bien los deberes antes, esta fase de procesado puede ser breve. Si tu cámara permite guardar las imágenes en formato RAW, vendrá con el software apropiado para procesarlas. Pronto publicaré una entrada acerca de este formato y sus ventajas.
Factores técnicos
De las características de la cámara yo te invito a que te centres en dos. Por un lado la posibilidad de emplear el formato RAW, por lo que te he comentado más arriba, y la luminosidad del objetivo. Hacer una foto es pintar con luz y cuanta más le llegue al sensor, más recursos creativos tendrás.
La luminosidad de un objetivo viene expresada en el objetivo generalmente tras el número 1 seguido de dos puntos, por ejemplo 1:1,8 para un objetivo de focal fija, o 1:3,5-5,6 para un zoom —1:3,5 para la posición gran angular, y 1:5,6 para la posición teleobjetivo—. Cuanto más pequeño es el número, más luminoso es el objetivo.
Los zoom son menos luminosos que los objetivos de focal fija y, en general, la luminosidad no es continua en todo el rango de distancias focales. Hay zoom luminosos y con luminosidad continua, pero son muy, muy caros. Por eso mi recomendación es buscar una cámara con objetivos intercambiables, para poder comprar un cuerpo y un objetivo de focal fija.
Si buscas una cámara con objetivo incluido —no intercambiable— interésate por aquella cuyo objetivo tenga más luminosidad.
El precio
De esta no te tengo que decir nada, lo entendemos todos a la primera. Cuanto más azúcar, más dulce, pero de donde no hay, no se puede sacar.
Bueno sí, hay un consejo que es válido en general, pero aplicable sobre todo a las cámaras con objetivos intercambiables. Lo más importante es el objetivo. Como regla general emplea más dinero en el objetivo que en el cuerpo. Además, el objetivo te durará para (casi) siempre; el cuerpo te acabará fallando.
Otros factores que influyen más que la calidad de la cámara y del objetivo
Por último quiero recordarte que hay dos factores que influyen más que cualquier otra cosa en la calidad de la foto, mucho más incluso, te diría yo, que la cámara y el objetivo: el tiempo empleado en hacer la foto y cuidar la luz empleada para hacerla.
Qué objetivo me compro
Si sólo piensas usar tu réflex para tus recetas, o si ya tienes un objetivo, y buscas una mejora en tus fotografías, debes comprar un macro. En una definición para andar por casa, podríamos decir que los macro son objetivos generalmente de longitud focal fija —no zoom— y que permiten enfocar a sujetos muy cercanos a la cámara. Al ser de focal fija, tienen una mayor abertura —1,4 a 2,8, generalmente— lo que te permitirá desenfocar fácilmente los fondos para resaltar tus platos, tal y como ya hemos hablado en webos. Es muy habitual cuando usas estos objetivos el recurrir al enfoque manual, por lo que si compras uno fíjate en el recorrido del anillo de enfoque, cuanta más vuelta debas dar para cambiar el foco de un extremo al otro, mejor: más fino será el ajuste de foco que puedas hacer.
Aunque podrás encontrar algún objetivo más barato, te dejo cuatro recomendaciones que andan por los 400 o 500 €:
- Canon EF-S 60mm f/2,8 Macro USM
- Nikon AF-S Micro 60mm f/2.8 G
- Sigma 50mm f1.4 EX DG
- Tamron SP AF 60 mm F/2 Di II LD
Evidentemente, los de Canon y Nikon sólo sirven para cámaras de su propia marca, mientras que los de Sigma y Tamron se venden para las diversas monturas de fabricantes de cámaras.
Si andáis bien de mantequilla, hay objetivos de una calidad superior, como pueda ser el Canon 100 f/2,8 L Macro
Por último, una recomendación: si te defiendes en inglés, Digital Photography Review te puede ayudar a seleccionar la cámara. Tienen una base de datos de pruebas realizadas extensa, profunda y comparativa.
Mc