Asturias: primera parte de nuestra ruta en coche del verano
Todos los años hacemos un viaje en coche en familia. Y me gusta compartirlo por si alguna de mis recomendaciones te ayuda en el caso de que tengas ganas de un plan parecido. Este año ha sido una ruta en coche por Asturias y Cantabria hasta Vitoria. La rodilla de Beatriz mandaba —si me sigues en Instagram ya sabrás que la acaban de operar de una rotura de ligamento cruzado anterior que se hizo en junio— y no podíamos hacer jornadas muy largas de coche ni caminatas con muchas subidas y bajadas. Además mi madre lleva bastante regular el tema del calor, con lo cual unos días en el norte de España eran —y son— un planazo de ensueño para cualquiera, con la suerte añadida de que nos hizo un tiempo estupendo y pudimos disfrutar de horas y horas al aire libre.
Ruta en coche por Asturias y Cantabria hasta Vitoria
Esto que te presento es simplemente la ruta que hemos hecho, toda la zona es preciosa, y mis seguidores de Instagram me iban poniendo los dientes largos, sugiriéndonos que nos acercáramos a destinos cercanos, pero el tiempo era limitado, así que volveremos en cuanto podamos.
Por lo demás ya nos conoces de lo que cuento otros años, viajamos en familia, somos cinco, mi marido, mi madre, mis dos hijas de 22 y 18 años y yo. Siempre llevamos reserva en hotel, porque al ser agosto y cinco personas es complicado acoplarnos en un mes con ocupaciones tan elevadas. También nos gusta comer al aire libre siempre que se puede con productos locales y con unos cuantos productos indispensables en nuestros picnics y por la noche cenas en sitios recomendados por las personas que viven en los sitios que visitamos, que al final son los que mejor conocen los sitios que merecen la pena.
Día 1 | Guadalajara → Soto de Luiña
Salimos a las 8 de la mañana de casa y al mediodía ya estábamos en la zona. Sabía que la playa de San Pedro, en Soto de Luiña, tenía unas mesas en la playa espectaculares para hacer picnic. Así que allí nos plantamos con los primeros auxilios que llevábamos de casa y disfrutamos de unas horas estupendas, comiendo, tomando un helado y paseando por la playa.
Playa del Silencio
Luego descansamos un ratillo en el hotel y lo primero que hicimos fue ir a la playa del Silencio, muy cerca del hotel. Su foto es la que ilustra esta entrada. Tuvimos que ir hasta el pueblo de Castañeras, y allí aparcar en un prao habilitado para ello, pagando dos euros. Es cierto que se puede seguir con el coche un tramo más y aparcar en los laterales de la carretera, pero tan cerca de un monte y con unos cortados sobre la playa que… ¡nosotros no valemos para emociones tan fuertes!
La playa es preciosa, diferente. Tiene muy poca arena, ya que la mayor parte es de cantos rodados. No hay chiringuitos ni nada por el estilo. La bajada hasta la misma es apta para cualquiera, pero con algunos tramos de escaleras, así que ojo si vas con cochecito de niños. El camino es muy agradable y seguro, a pesar del desnivel que hay que cubrir. Sin dudarlo, uno de los muchos sitios de Asturias que te dejan mudo y que resultan difíciles de describir.
Cudillero
El resto de la tarde lo pasamos en Cudillero, a pocos kilómetros de Soto de Luiña. Seguro que has visto fotografiado en muchas ocasiones el pueblo, una imagen que no se te olvidará: casas de colores sobre las empinadas laderas de tres montes que rodean a la ciudad. Al pueblo no se puede entrar en coche: se aparca en una zona habilitada para ello, y toca un corto paseo y muy agradable hasta el pueblo, bordeando el puerto.
Llaman la atención dos construcciones: la iglesia parroquial, de estilo gótico, y la capilla del Humilladero, su edificio más antiguo. Hay multitud de sitios para comer, pero no te puedo recomendar ninguno especialmente porque no nos quedamos a cenar: estábamos agotados, así que tocó picar algo en el restaurante del hotel y a descansar, que al día siguiente teníamos un montón de planes.
Alojamiento
Hotel agradable. Nuestras habitaciones estaban en la parte trasera, muy tranquilas, orientadas al monte y a las frondosas plantas de hortensias que tienen, y que en plena floración deben de ser un espectáculo. Su comedor, aconsejable. Hay un detalle que me gustó mucho por si tenéis pequeñines y tenéis que calentarle un puré o un bibe, y es que hay un microondas en el pasillo para uso de los clientes. El propietario, muy amable explicando el entorno.
Dirección: Carretera N-632-A, 33156 Soto de Luiña, Asturias
Coordenadas GPS:43° 33′ 46.7″ N, 6° 13′ 56.4″ O
Día 2 | Soto de Luiña → Benia de Onís
El día comenzó en Avilés. Siempre hay visita a la obra de algún arquitecto que a mi marido le apetece ver in situ, en este caso el Centro Niemeyer, obra del mítico arquitecto brasileño Óscar Niemeyer. Primera obra suya en España, que curiosamente lleva su nombre, y en la que pasamos un rato estupendo: el espacio hizo las delicias de todos para guardar unas fotos de recuerdo.
Centro Niemeyer
El centro está situado en la ría de Avilés, y cuenta con diferentes espacios arquitectónicos que destacan por su diseño y funcionalidad: el auditorio, cuyo escenario puede abrirse hacia la plaza central que existe entre los edificios, la cúpula, igualmente impresionante, y la torre-mirador, quizás la imagen más emblemática del conjunto. Volveremos a Avilés, porque nos quedamos con ganas de darnos un buen paseo por el centro.
Cabo de Peñas
Pusimos rumbo a Cabo de Peñas. El día estaba precioso para disfrutar de las vistas que ofrece y para disfrutar de un pequeño paseo por la zona del faro. Está declarado paisaje protegido por su gran valor en cuanto a fauna y paisaje en general.
Desde allí pasamos un momento por Gijón, ciudad preciosa que ya conocíamos y por la que siempre es un placer pasear. Estando tan cerca queríamos saludar y tomar unos limoncitos de Aliter Dulcia, en la calle San Bernardo, 20. No necesitan presentación sus dulces: los conoce todo el mundo.
Lastres
Nuestro siguiente destino era comer en Lastres, mi amiga María, asturiana apasionada de su tierra como todos los que sois de allí se la conoce más que bien, y nos había recomendado El Descanso y el Mirador, pero no nos dimos cuenta de reservar con anterioridad y al estar el pueblo en fiestas era imposible intentar comer en cualquier sitio. Nada que no tuviera solución. Compramos bebidas frescas, pan, sacamos nuestra bolsa con unos ibéricos y unos Angelachus, un queso de la zona que habíamos comprado y nos subimos a comer a la parte más alta, al mirador de San Roque, con unas vistas espectaculares del mar Cantábrico. El pueblo es precioso, en un enclave extraordinario. Cualquier calle tiene encanto, y el mar adquiere un color espectacular si te pilla un día con sol, como el que pudimos disfrutar nosotros.
Ribadesella
Y no queríamos dejar de volver a Ribadesella: nos parecía un sitio estupendo para rematar el día. Es mucho más que un precioso escaparate de casas indianas, aquellas que se construyeron los emigrantes que hicieron las américas y una gran fortuna, y que verás en la estupenda playa de Santa Marina. Nosotros, en un paseo de unas horas, disfrutamos de la parte marítima que la ciudad, pero intentaremos volver porque me quedé con muchas ganas de conocer el enclave donde se encuentra la prehistórica cueva de Tito Bustillo, declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad por la importancia del arte rupestre, además de ser la meta del conocido Descenso Internacional del Sella, que se celebra cada año el primer sábado de agosto.
Y ya rumbo al hotel, que no se puede estirar más el día. Como al día siguiente íbamos a pasar la mañana en Picos de Europa, dormimos en Benia de Onís, camino a nuestra primera excursión del día siguiente.
Alojamiento
Hotel con Spa y una pequeña piscina exterior, habitaciones correctas y en general el sitio muy agradable, más que el típico hotel de pueblo con encanto, son un conjunto de villas con equipamiento vario para entretener a grandes y pequeños.
Dirección: La Vega s/n, 33556 Benia de Onís, Asturias
Coordenadas GPS:43° 20′ 05.3″ N, 4° 58′ 12.0″ O
Para cenar o comer
Recomendable la Sidrería Moreno, cruzando la calle, justo enfrente del hotel. Prueba las sardinas a la brasa y las rabas, pero el cachopo es sobresaliente.
El domingo que viene, la segunda parte de esta ruta en coche por la cordillera cantábrica.
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