París: de paseo por el 3e arrondissement y Le Marais
Para llegar al 3e arrondissement cogimos la linea 4 de metro —aunque también podéis coger la 3— hasta Réaumur/Sébastopol. Nuestra primera parada era Le Marché des Enfants Rouges, en el 39 de la rue de Bretagne. Es el mercado más antiguo de París: fue creado en 1772 para abastecer de alimentos al barrio. Antiguamente había sido un orfanato, y todos los niños iban vestidos de rojo, de ahí el nombre del mercado. Es pequeño, y a finales de agosto había algunos puestos cerrados.
Había fruta, pescado, quesos, y pequeños puestos de comida con mesas, con mucho encanto.
Me llamaron especialmente la atención los puestos de menaje antiguo a la puerta del mercado, de los que había piezas bien bonitas. Ya sé lo que estáis pensando, y la respuesta es ninguna: las que cabían en nuestras maletas no pasarían el control del aeropuerto.
A pocos metros de este mercado estaba el Carreau du Temple, en los números del 2 al 8 de la rue Perrée. Un antiguo mercado en fase de reconversión en espacio cultural polivalente. Es una pena que desaparezcan todos estos mercados. Por lo menos en algunos casos se reutilizan sus bellos edificios… Ya estaba cerrado por obras, pero se podía entrever su preciosa estructura de finales del siglo XIX, típica representación de la arquitectura de hierro.
Volviendo a la Rue Bretagne, en el número 45 está Comptoirs Richard, una tienda de cosas de casa, cafés y tés, puesta con mucho gusto. Entrar en ella es un placer que pone en marcha todos los sentidos.
En esta misma calle, cerca de Le Marché des Enfants Rouges, hay un par de fruterías absolutamente espectaculares: Le jardin des délices, y Le Jardin de Marais. De quedarte embobado viendo la variedad de fruta y verdura que tienen, perfectamente colocada. Compramos además unas ciruelas para ir tomándolas a media mañana y estaban estupendas.
A pocos metros está tambien Chez Manon, pan y tartas. Baguettes muy ricas (para acompañar a las ciruelas…).
Enfrente de Manon, siguiendo nuestro paseo, nos topamos con Sabre, una tienda de loza para desayuno y de cubiertos muy bonita. En este momento ya mi marido dando gracias de lo llenas que iban nuestras maletas.
Otra panadería se cruzó en nuestro camino. Se trataba de Ronde des pans. Podéis ver en su web la variedad de panes con sólo echar un vistazo a la página de inicio.
Al lado, en la Rue Debelleyme, está el local del que os hablé en esta entrada sobre el local de Poilâne que además de ser panadería sirve pequeños bocados salados, panes y tartaletas.
En este punto, si sois unos locos de las Kitchen Aid, os alegrará encontraros con este escaparate:
La tienda se llama Kitchen Bazaar, con lo que todo está dicho: todos los avíos para los locos de este robot.
Desde allí nos encaminamos tranquilamente viendo escaparates de tiendas de ropa y zapaterías hacia la espectacular plaza de los Vosgos. Si queréis hacer una parada cultural, en el 5 de la Rue de Thorigny está el Museo Picasso.
Y así entre mercados, tiendas, museos y panaderías-pastelerías se nos pasó una deliciosa mañana.
Pronto más cosas.
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