Zarajos conquenses
Los zarajos son una tapa típica de mi tierra, poco conocida fuera de estos lares. De entre los que leáis esta receta, sé que habrá diferentes opiniones y gustos, porque está hecha con las tripas más tiernas del cordero lechal —limpias, eso sí— y estas cosas generan pasiones y desencuentros por igual, pero creía interesante que lo conocierais, para que cuando vengáis a Cuenca, y veáis la palabra ‘zarajo’ sepáis qué os estan ofreciendo.
Yo no soy mucho de comer casquería, ya casi desaparecida de nuestros mercados, pero claro, cuando pruebo un zarajo, y sabe a corderito lechal en su mejor momento, dejo de pensar en lo que me estoy comiendo, y paso a disfrutarlo. Me pasa lo mismo con las morcillas y las mollejitas de cordero.
Estos zarajos se los hacen especiales a mi carnicero. Se llama Ángel y es de los carniceros que ya no quedan, de los que compran la pieza entera en los mercados de ganado, de los que crían sus propios corderos, y de los que tratan cada pieza con un mimo tal que bajar a su carnicería se convierte en un placer, del cual disfrutamos plenamente mi madre y yo.
Como os comentaba al principio del post, no es un plato propiamente dicho, sino un aperitivo o tapa. Se prepara formando una madeja con las tripas más tiernas del cordero, en torno a dos sarmientos. Es imprescindible que la carne esté perfectamente limpia.
El zarajo se corta en rodajas, se pasa por la plancha, que habremos pincelado con una gota de aceite de oliva virgen, asándose en su propio jugo, sin ningún otro ingrediente.
Como ya os podéis imaginar, sólo tiene un secreto: la buena calidad del cordero y sus tripillas, y el comprarlo en un sitio de confianza.
El plato que os presento me costó cuatro euros.
Receta de los zarajos
Ingredientes
2 zarajos comprados en una buena carnicería
Unas gotas de aceite de oliva
Unas gotas de limón
Un pellizquín mínimo de sal gruesa
Preparación
1. Cortar el zarajo en rodajas.
2. Calentar una plancha o una sartén antiadherente, previamente pincelada con unas gotas de aceite de oliva virgen extra, poner el zarajo cortado, y salpicarlo con unas gotas de limón y un pelín de sal gruesa. Mantener hasta que esté bien dorado.
3. Comer enseguida.
Que la gastronomía es cultura creo que todos estamos de acuerdo, por lo menos así lo creo yo. Por eso quiero aprovechar para comentaros que Cuenca se enfrenta a una fecha importante: 2016. Estamos pidiendo que sea Capital de la Cultura Europea en ese año.
El logo de esta ciudad es Naturaleza y Cultura, y es que está perfectamente resumido, ya que Cuenca ha enamorado desde siempre a intelectuales y artistas de primera fila, que han dejado su impronta en ella. No hay más que visitar su Museo de Arte Abstracto, uno de los mejores de España, con una colección única. La parte alta de la ciudad rebosa de galerías de arte, además de tener un Teatro Auditorio puntero en actividades culturales. Os dejo la página creada por el Ayuntamiento a tal efecto, y desde aquí, mi modesto apoyo para conseguirlo.
Sarmientos hermosos en una madeja que es un espéctaculo.
Desde Cuenca con amor.
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