Cebollas rellenas

Precalienta el horno a 200ºC, calor arriba y abajo.

Pica la carne de los contramuslos de pollo. Si te apetece que queden más jugosos mézclalos con el tocino de jamón ibérico. Yo lo hago con este accesorio que tengo para mi batidora. Reserva.

Escoge unas cebollas que tengan algo de tallo. Quítales la primera capa y haz un corte en el extremo del tallo, de manera que tengas una “tapa” para cada cebolla como ves en la foto. Vacía las cebollas con un sacabocados. No dejes una pared muy fina, porque va a estar un rato en el horno rellena y se te pueden abrir.

Pica la cebolla que has sacado del interior.

Pon el aceite en una sartén, y pocha la cebolla troceada.

Una vez pochada incorpora la carne picada. Ponle un poco de sal y pimienta, y deja que se haga durante un par de minutos (no mucho para que esté jugosa). Añade el tomate frito, la nata y el brandy. Deja otro par de minutos. Reserva.

Rellena las cebollas con la carne picada. Te sobrará un poco, pero ya que haces la congelas y se la añades a una pasta otro día: está de cine. Ponle la tapa a cada cebolla. Colócalas en un recipiente apto para el horno y cubre el recipiente con papel de aluminio, cerrándolo para que se hagan antes con su propio vapor. ¿El tiempo de horneado? Depende de lo tiernas que sean las cebolla. En mi caso en 25 minutos estaban listas. Pasado ese tiempo quita con cuidado extremo el papel de aluminio, porque sale vapor y te puedes quemar, y gratina unos segundos para que cojan un color bonito.

Pon el tomate frito en un cazo.

Machaca los granos de pimienta en un mortero. La cantidad, al gusto, pero la receta requiere cierta alegría. Machaca también las almendras y un poco de perejil. Añade agua, remueve y vierte en el cazo del tomate. Deja cocer de 10 a 15 minutos, hasta que veas que va espesando —la almendra le da un espesor al paladar de lo más interesante—.

Prueba por si hay que rectificar de sal o pimienta. Puedes servirlo así o colarlo, si te parece que te gusta una salsa con una textura más fina. Ojo, necesitas una salsa más bien espesa: si no la has conseguido, deja reducir un poco más en el cazo.

Pon un cucharada de salsa por cada comensal, coloca una cebolla encima, y ¡a disfrutar como locos!