Mantecados de Estepa: el paraíso al alcance de la boca

Teníamos en casa muchas ganas de acercarnos a conocer la producción de los mantecados de Estepa, y hace unas semanas pensé que era un buen momento, ahora que están a pleno rendimiento, para ir a ver a mi amiga Balbina a la fábrica familiar, El Dulce Nombre, donde trabaja junto al equipo que comanda su tío Rafael Arias.

Mantecados de Estepa

La llegada a la fábrica es ya de por sí un lujo. Según entras en el pueblo hay muchas empresas que se dedican a endulzarnos la Navidad. Encontrarás la fábrica de El Dulce Nombre en la calle Corrientes, 12. Si vas a verles ya verás que zona del pueblo tan bonita.

El Dulce Nombre

Como te decía es un pequeño/gran equipo que ha heredado la tradición de sus abuelos, dedicando cariño y pasión para que sus mantecados y dulces de Navidad tengan toda la esencia de los buenos sabores de siempre.

La marca

En 1940 Teodoro Arias recogió la herencia familiar y le dio forma. Fue él, junto a su mujer, quien puso en marcha lo que hoy es El Dulce Nombre. Aunque los datos de origen se remontan a principios del siglo XX, allá por la década de 1920, cuando la bisabuela Remedios realizaba en casa los primeros dulces y dio forma a los primeros sabores y las primeras recetas.

Su horno de leña

Rafael nos enseñó su emblemático horno de leña. Es un horno que trabaja por radiación, en el que una gran suela de piedra giratoria se calienta por el calor de la leña de madera de olivo. Los mantecados se introducen por la boca de horno, dispuestos sobre bandejas de metal especiales, o latas.

Rafael me contaba que los ingredientes y el horno —y la mano para manejarlo, ¡claro!— hacen que sus dulces sean tan especiales, con esa textura, el dorado único, los sabores y esos matices de madera tostada.

En el siguiente vídeo puedes ver como trabajan emborrizando —cubriendo de azúcar glas— los roscos de vino y de anís.

Nos encantó ver como las trabajadoras envolvían los mantecados a una velocidad a la par de un cuidado que nos dejó maravillados.

Salimos de allí, como siempre que vemos el trabajo artesano, valorando mucho más estos dulces, el proceso y la sabiduría trasmitida de generaciones, y además oliendo a almendra, canela, ajonjolí, aromas de limón y coco, cabello de ángel, naranjas dulces, azúcar, harina tostada, chocolate y a su especialidad más emblemática: los alfajores de almendra tostada y picada.

¿Mantecado o polvorón?

Les preguntaba la diferencia para ellos entre mantecado y polvorón —en Castilla La Mancha el mantecado es otro tipo de dulce más parecido a éste— y lo que me contaron lo he transformado en este cuadro:

Visitar la fábrica

Puedes ir a visitarles: escríbele un correo a Balbina. Dile que vas de mi parte, y que te apetece ver esta maravilla in situ.

Comprar mantecados de Estepa

Y puedes adquirir sus dulces online aquí. No te puedo decir mejor uno que otro, porque son exquisitos todos.

Estepa

Cuando termines la visita, sube en coche hasta la parte más alta del pueblo, al cerro de San Cristóbal, y disfruta de las vistas que te ofrece. Allí se levanta el viejo castillo y una parte de las murallas, aún bien conservadas. Y en apenas unos metros hay tres edificios religiosos: la iglesia de Santa María la Mayor y los conventos de Santa Clara y San Francisco. Es un pueblo precioso, no sólo para visitar por el asunto polvorón: descubrirás mucho más.

Puedes hacer clic sobre cualquier foto para comenzar una presentación a pantalla completa.

Osuna

Aunque fue un viaje rápido tuvimos la oportunidad de conocer Osuna, donde pasamos la noche anterior a conocer Estepa. Es un pueblo de cuento, muy bien comunicado tanto con Sevilla —a 83 km— como con Málaga —a 123 km—. De origen preromano fue poblada posteriormente por romanos y árabes hasta la conquista por Fernando III el Santo. En 1464 Osuna entra en las posesiones de la casa de Osuna y otras familias nobles que construirían la universidad y numerosos edificios. No tienes más que pasear un rato por la ciudad para darte cuenta de la riqueza de sus edificios.

Su plaza es impresionante, es uno de los espacios característicos del urbanismo español. Destacan en ella varios edificios de importancia: el Ayuntamiento, sobre la antigua Puerta de Teba, el Casino, la Iglesia del Convento de la Concepción y la actual plaza de abastos, antiguo convento de San Francisco, del que sólo queda el claustro. En este último se disponen los diferentes puestos de venta al público.

En una de las salidas del mercado no dejes de tomarte unos churros, en la churrería Chari. Además de bien ricos los churros ellos son de lo más amable. Yo tomé un mollete con aceite de oliva virgen extra que todavía lloro de la emoción al recordarlo.

Alojamiento

Nos alojamos en el hotel Palacio Marqués de la Gomera. Había una oferta y estaba bien de precio. Es muy recomendable.

Tiene una impresionante fachada, máximo exponente del barroco civil andaluz. Consta de dos partes: un torreón de esquina con mirador del siglo XVIII rodeado por un balcón corrido, y el resto de la fachada construida en el último tercio del siglo XVIII, en torno a 1770. Un patio precioso, y unas habitaciones grandes con camas cómodas y a 5 minutos caminando al centro de la ciudad.

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