¿Merece la pena comer en el restaurante de Arguiñano?
Yo me he criado con Arguiñano de fondo en mi televisión. A mi madre le encanta por lo sencillo que lo hace todo y lo limpio que trabaja. Uno de mis destinos favoritos es San Sebastian, me pierdo por sus mil rincones deliciosos. Te lo conté cuando hablé de su mercado y me he quedado con ganas de más a raíz de otros sitios que me descubristéis los lectores a través de los comentarios de la entrada. Esos días de escapada tuvimos la ocasión de acercarnos a Zarautz y reservamos mesa en el restaurante de Arguiñano con unos días de antelación. De paso estuvimos conociendo también la panadería de su hijo Joseba.
El restaurante de Karlos Arguiñano
Hay que comprender que uno entra ya entregado. Si aparcas en el pueblo y te vas hasta su hotel restaurante dando un paseo por esa inmensa playa llena de surferos a cualquier hora, es tal el relax que te entra con este entorno tan maravilloso, que uno ya se predispone a pasar buen rato.
El restaurante es acogedor, con vistas a la espectacular playa. Las mesas están dispuestas con suficiente espacio entre unas y otras. Esto que parece obvio en algunos sitios no es tal. Te recibe su hijo Eneko y te propone un menú degustación, que me consta por amigos que lo han comido, que está muy bien de relación calidad precio —unos 34 euros sin bebida—. Nosotros no lo elegimos, porque cada uno teníamos un antojo diferente y nos decantamos por la carta.
No voy a narrar la excelencias de cada plato, porque probablemente si alguno vais ya no serán los mismos, puesto que varían muy a menudo. A destacar la carne a la piedra, absolutamente espectacular, un bacalao muy bien hecho y un calamar de los más ricos que yo he probado, aunque con exceso de salsa. Esa es la única pega que le pongo, la verdad.
De postres muy, muy bien. Probamos la degustación que tienen. Bonito presentado, variedad en pequeños bocados y como memorable la torrija caramelizada.
Servicio correcto y muy amable sin agobios. En época de mucho jaleo hay dos turnos de comida, pero no tienes la sensación de que te están echando…
¿Precio? Sin excesos, correcto. Podéis verlo en su web.
Al salir, foto de rigor con un Arguiñano de bronce y sobre todo la sensación de haber comido bien y a un precio razonable, que hace que no se te indigeste la comida. Paseo de vuelta por la playa y ¡la felicidad se pudo inventar en un día como ese…!