Migas
Hablar de migas y pensar en la cocina manchega pastoril es obligado.La mayoría de recetas de Castilla La Mancha que os muestro son de la zona conquense, que es en la que yo me he criado, pero no puedo olvidar la gastronomía tan maravillosa que tiene la Alcarria, que es donde vivo, y que poco a poco también os iré mostrando. Por eso, en esta receta, mis dos amores gastronómicos van unidos: unas veces preparamos las migas con huevos fritos y otras acompañadas de una buena uva.El origen de este plato está en el pueblo, y no por sencillo, deja de ser un plato gastronómico de altura. Muchas veces os he hablado del origen pastoril de muchos platos de mi tierra, y es que, allá por el siglo XVI, las tierras de Cuenca vivieron su máximo esplendor, tanto por el auge del sector textil de las manufacturas laneras, como por la importancia de la cañada real manchega que canalizaba el paso de los rebaños desde la serranía conquense hasta tierras de Murcia y Andalucía. Los numerosos pastores que había fueron los verdaderos protagonistas de esta cocina, sencilla y recia, que aún en nuestros días perdura.Cuando el frío arrecia en mi tierra —como este fin de semana, impresionante nevada— es indescriptible lo que se agradece este plato, acompañado de un buen vino, y fascinados por el color que le aportan los acompañamientos. Y para hacer la digestión, nada más maravilloso que ponerse un buen calzado y caminar, caminar por estos campos de tantos matices, y tantos olores a tomillo y romero, que da gloria vivirlo.No quería dejaros de comentar que en todos los pueblos alcarreños hacen unas migas estupendas, pero en Pastrana (Guadalajara) es espectacular la tradición gastronómica miguera que hay, además de ser de visita obligada por su encanto medieval. Está declarada conjunto histórico-artístico, con una Colegiata y un Palacio Ducal espléndidos —en éste último residió la princesa de Éboli en el siglo XVI—, y la Plaza Mayor, llamada de la Hora. Cómo no recordar que fue parada de Camilo José Cela en su delicioso “Viaje a la Alcarria”
“Por la plaza de la Hora se pone el sol Enlutada una señora vela al señor Suena triste una campana con suave amor Por el cielo de Pastrana vuela el azor”
Migas
Ingredientes
- 1pan de pueblo de dos o tres días de antigüedad
- 1trozo grande de papada de cerdo —si no se tiene, sustituir por panceta—
- 1pimiento rojo frito
- 1cucharaditade pimentón dulce
- 4dientes de ajo
Para acompañar las migas alcarreñas
- Unos huevos
Para acompañar las migas conquenses
- Unas uvas
Para acompañar en los dos casos
- Unos torreznos
- Un par de chorizos de la zona
Preparación
- En la víspera, cortar el pan en pequeños trocitos. Rociar con agua, y tapar con un paño húmedo.
- Al día siguiente ya, poner en la sartén la papada de cerdo cortada en trozos, con los ajos. Retirar los torreznos y los ajos cuando estén fritos.
- Freír el pimiento cortado en trocitos. Reservar. Si vamos a acompañar con chorizos, freírlos en este mismo aceite, y retirarlos, y en este caso, ya no usaremos pimentón.
- Si no tenemos chorizo, echar una cucharada de pimentón, y dar vueltas en el aceite que ha soltado la papada. Hay que tener la precaución de hacerlo retirándolo del fuego, porque el pimentón es muy delicado y enseguida se quema.
- A continuación, añadir los trozos de pan, poner de nuevo en el fuego, e ir dando vueltas hasta que se doren. Esto depende del pan: si es muy recio y poco jugoso, igual hay que añadir un par de cucharadas de agua, para que estén jugosas.
- Cuando estén doradas, añadir de nuevo los ajos, y servir inmediatamente. No admiten mucha espera.
- Acompañar de uvas, torreznos y choricillo, si nos queremos ambientar en plan conquense. Que preferimos el estilo alcarreño, freír unos huevos con abundante aceite de oliva muy caliente, y servirlos encima.
Como siempre y cuando queráis, os espero para compartir unas migas en cualquier rincón de la Mancha.