Soletillas
Lo he comentado varias veces, que no hay peor cosa que tener idealizado un sabor o una textura de nuestra infancia a la hora de intentar reproducirlo pasados los años. Me pasó con los mojicones de Mc, y tengo mi pelea particular con tres cosas: unas tortas de manteca conquenses, unos mantecados manchegos, y las soletillas.Estoy contenta porque despues de unas… 300 soletillas, he conseguido el sabor y la textura de las soletillas de mi infancia. Quienes os guste la repostería pensaréis que donde radica la dificultad, ya que la soletilla es un bizcocho base, llamado también genovés, que sirve tanto para hacer un brazo gitano, o como base para muchas tartas. Un bizcocho con sólo tres ingredientes: huevos, azúcar y harina. ¿Cómo es posible que no consiguiera los resultados que yo buscaba?He probado muchas recetas; unas que incorporaban calor para blanquear las yemas, otras con los ingredientes en diferentes proporciones, he probado a hacer la masa en la Thermomix, a mano con varillas, con batidora de varillas, con huevos a temperatura ambiente, con azúcar glas en vez de normal, con diferentes anchos de boquilla, con diferentes bases donde apoyarlas, y todas las tandas que salían del horno ¡uy, muy ricas!, pero… ¡no eran las de mi infancia!Creo que todos las conocéis, pero por si hay alguien que no las ha visto nunca, las podéis apreciar en la foto: es un bizcocho alargado, fino y esponjoso. ¿Cómo eran las que comíamos en casa? Pues eran tiernas, muy esponjosas pero con cierto cuerpo, de un poco más de 8 cm, que es el tamaño aconsejado, con un olor fantástico… Mi madre las traía todas las semanas, y duraban poco más que ese día. Se siguen vendiendo en la confitería de al lado de casa de mis padres en Cuenca. A mi hermana le encantan, y todavía va todas las semanas a comprarlas. A ver si puedo ir yo surtiéndola, porque a ella le espanta la cocina. En este sentido, me quedé yo con todos los genes de mi madre.A ello.
Soletillas
unidades
Ingredientes
- 3huevos
- 90gde harina de repostería
- 75gde azúcar
- Una pizca de sal
- Azúcar glas para espolvorear por encima
Preparación
- Separar las claras de las yemas.
- Montar las claras con una batidora de varillas, con una pizca de sal. En mitad de este proceso, incorporar el azúcar normal poco a poco. Para comprobar que están montadas, al volcar el cuenco donde estemos trabajando no se moverán las claras.
- Batir las yemas aparte e incorporarlas al merengue anterior, con una espátula y movimientos envolventes.
- Tamizar la harina e incorporarla de dos o tres veces. Integrar la mezcla con la espátula, hasta que sea perfecta.
- Echar la masa en una manga pastelera con boquilla redonda de 2 cm. Ir poniendo en un papel apto para horno bastoncitos de unos 8 cm, apoyando un poco la base de la boquilla en el papel, para que al salir la masa no nos queden cilíndricos los bastones, sino un poco achatados.
- Precalentar el horno a 180º, calor arriba y abajo. Si vuestro horno es muy potente, a 170º.
- Espolvorear las soletillas por encima con azúcar glas, ayudándonos para ello de un colador, y justo antes de meterlas en el horno.
- Hornear unos 12 minutos. El tiempo es orientativo, tienen que quedarse blanditas pero ligeramente doradas.
- Dejar reposar en rejilla.
Consejos
- Los huevos serán muy frescos y trabajaremos con ellos a temperatura ambiente.
- Yo utilizo una máquina de varillas para montar las claras, que permite que entre mucho aire. Si tenéis Thermomix, perfecto, pero personalmente me gusta más montar las claras con esta máquina, porque tienen más aire y quedan mejor. De la misma manera, para otras cosas me parece infinitamente mejor la Thermomix; ya hablaremos de eso un día.
- Quedan bien horneadas tanto en papel apto de horno, como en las láminas de silicona que se han puesto tan de moda en repostería, y que son muy cómodas.
- Si queréis hacer más, la proporción por cada huevo añadido son 30 gr más de harina y 25 gr de azúcar.
- Estas soletillas se guardan en lata, pero dudo que os quede una. Además sirven para acompañar mil postres: mojadas con moscatel debajo de una natilla, para rodear una tarta y convertirla en un placer para la vista, para acompañar un helado, rellenas de mousse de chocolate, para hacer un puding de aprovechamiento, para poner de adorno en una copa hermosa con fresas y nata… ¡No sigo, no sigo!
Hoy he vuelto a la niñez y mi hermana cuando las ha probado le ha pasado lo mismo. Un dulce tan sencillo y con tantos matices para nosotras…
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