Tarta crujiente
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¡Ojo, ojo, ojo a esta tarta crujiente! ¡Es una pasada!Sé que muchos la haréis el fin de semana porque se hace con ingredientes básicos que todos tenemos en casa, y sé que os acordaréis de mí —en el buen sentido, espero—.Este tipo de masa se usa en Francia en muchísimas preparaciones. Con ella os sentiréis como si estuvierais disfrutando de este delicioso dulce, con la torre Eiffel de fondo, sentados en una terraza en París, pero claro, sin salir de casa y con la parentela peleándose por el último trozo.Es tan sencilla como mezclar los ingredientes, pero cada uno tiene que darle su toque de horno, para que quede extracrujiente por fuera y con el corazón blando. Si os pasáis con el horneado puede quedar como una galleta gigante pero de textura más dura de lo que queremos conseguir. La receta está adaptada de una de la gran repostera Delphine de Montalier.
Tarta crujiente
porciones
Necesitarás
- 1 molde rígido desmoldable —o uno flexible—
Ingredients
- 125gde harina de repostería—la normal—
- 125gde mantequilla ablandada
- 115gde azúcar
- 1huevo mediano
Para adornar
- 1cucharadade azúcar
Para acompañar
- Mermelada de moras
Preparación
Disponible también:
- Precalentar el horno a 180º, calor arriba y abajo.
- Tamizar la harina y el azúcar, y formar un volcán en la mesa de trabajo.
- Añadir la mantequilla en trocitos y trabajarla con la yema de los dedos. Incorporar el huevo un poco batido y terminar de amasar. Tendremos una masa muy untuosa.
- Untar el molde de mantequilla con paciencia. Poner la masa por encima, extendiéndola con una espátula, e intentando nivelarla lo mejor posible.
- Meterla en el congelador 5 minutos.
- Sacarla y espolvorear azúcar por encima.
- Hornear 20 minutos.
- Sacar del horno. En cuanto se pueda manipular, desmoldar con cuidado. Servir templada o fría.
Consejos
- Esta tarta no lleva levadura.
- Si tienes dudas con la harina, puedes leer estos consejos.
- Pon una buena mantequilla: es lo que le dará el toque definitivo para que no sea una tarta más.
- Es un dulce que se te puede agrietar al demoldar, pero si usas un buen molde tienes garantía de éxito.
- El molde puede ser de silicona —me gusta menos— o rígido. Si es de éste último tipo, mucho mejor que tenga la base desmontable como el que veis en la foto y que uso para quiches o para la tarta de Santiago.
- Esta tarta queda bien acoplándola a los diferentes tamaños que tengas de molde. Recuerda: en moldes más pequeños queda más alta, y por dentro más blanda; en moldes más grandes como el mío, que es de 24 cm, queda con la altura perfecta para sacar todo el partido a su textura.
- Vigila la temperatura de tu horno. Lo ideal es que no te quede muy dura, sino crujiente por fuera y blanda por dentro.
- Puedes acompañarla de cualquier mermelada casera. A mí me gusta especialmente para esta tarta la mermelada de moras. También está muy rica acompañada de helado, o si eres fan —como mis hijas— de la Nutella, poniéndole una buena cucharada encima.
Trucos
- Es necesario enfríar la masa —como aconsejo en la preparación— antes de meterla en el horno. Si no tienes sitio en el congelador, haz hueco en el frigorífico y déjala enfriando 15 minutos.
- Si te gusta la terminación que da el azúcar moreno a las tartas, pónsela por encima antes de hornear en vez de la blanquilla que yo sugiero: queda muy apetecible.
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