Un imprescindible: centrifugadora de lechugas
Es muy importante que os decantéis por una buena centrifugadora de lechugas. Parece una tontería, pero es el secreto de una buena ensalada: no hay cosa más espantosa que una lechuga aguada.
No os pongo el modelo de la mía porque cambian constantemente.
La compré en el corte inglés en 2007, y me pareció cara —unos 20 euros— frente a los 3 euros que valen en los comercios de todo a un euro, pero claro, no tiene nada que ver. La someto a un trabajo intenso y está como el primer día. El mecanismo es muy sencillo pero infalible, y la rejilla interior muy limpia. Vamos ¡una joya!
Actualización a junio de 2015: tengo la centrifugadora en perfecto estado, sigue siendo un imprescindible.