Bread, chocolate and more: Joseba Arguiñano, panarra en Zarautz
Zarautz me fascina.
Nos encanta pasear por su inmensa playa llena de surferos, esos mozos deportistas que desafían al frío y a los que les da igual casi cualquier inclemencia climatológica: es todo un espectáculo en acción. El día que estuvimos el pueblo estaba especialmente animado, con unos puestos de mercado de ropa en la calle, y mucha gente de compras y paseando.
Teníamos una reserva para comer en Arguiñano. Gran parte de mi vida ha estado con él de fondo en la tele. Mi madre le admira mucho, por didáctico, por su cocina tan sencilla y por limpio, que es muy limpio, y nos apetecía comer en su casa, cosa que os contaré otro día, por si os apetece pasaros por allí.
Pero teníamos otra parada obligatoria: la recién inaugurada panadería de su hijo Joseba, en el 19 de la céntrica Kale Nagusia. Hay muy poca información sobre este establecimiento en internet, más allá de las referencias de su padre al hablar del trabajo de su hijo comentando la cantidad de tiempo y el trabajo duro que le ha llevado a Joseba montar su propio negocio.
El local, no muy grande pero con mucho encanto, ya lo veis, es un poco al uso francés: sin vitrinas de conservación, con productos que se consumen al día, y colocado en una mesa espectacular.
Tiene una zona al fondo para tomar un café y sentarte un ratillo con un ambiente agradable.
Me llevé varias cosas para hacer la cata por la noche, ya que no queríamos tomar nada, para disfrutar de la comida del restaurante de su familia. Me resultó especialmente fantástica la barra que veis en la foto, con un 20% de masa madre, corteza muy buena, aroma muy intenso, y miga extraordinaria. No debería decir que me sorprendió muy gratamente, pero antes de probarla pensé que era muy difícil hacerse en hueco entre toda la oferta que hay en el pueblo, y con Francia y sus panes a pocos kilómetros, pero la verdad es que sí, me sorprendió muy positivamente. Los pain au chocolat que se tomaron mis hijas estaban con la masa perfecta, en su punto justo de horneado y fermentación.
Sin duda, recomendable si os acercáis hasta Zarautz. Podéis comprar una barra de su pan, el aceite de oliva virgen extra de su padre, y allá, en la playa, daros a la buena vida.
Su