En busca de la baguette perfecta en París
¿Qué dos cosas hay que me pueden gustar en esta vida, aparte de la cocina? Pasear y el pan. Y eso fue lo que me regaló mi marido en las 48 horas que pasamos en París.
Ya os conté la finalidad del viaje, y la historia del Poilâne que se vino en mi maleta; hoy va el último post sobre esta escapada.
A muchos seguramente os parecerá un excentricidad lo que os voy a contar, pero me apetecía mucho, desde hace también mucho tiempo, hacer una cata de las que se supone que son las mejores baguettes de París, ver con mis propios ojos esa corteza cobriza tan característica, y probar el sabor tan especial que tienen. Con el tiempo he ido recopilando datos y tenía claro las boulangeries que había que visitar. Se lo comenté a Mc, y me hizo un recorrido fantástico, combinando el placer de pasear y ver rincones emblemáticos de París con la visita a las panaderías en las que las baguettes eran las protagonistas, y sí, os aseguro que se puede hacer en unas pocas horas.
El programa del que se ayudó para llevarlo todo programado desde casa se llama TouristEye, y está disponible para iPhone y Android. Entrando en la web puedes planificar tu viaje con itinerarios, monumentos, puntos de interés, etc. y antes de irte de viaje te descargas todo al teléfono y lo tienes disponible sin conexión a internet.
París, 6 de marzo de 2012
Disponíamos de unas pocas horas y había que aprovechar cada segundo.
El día amaneció muy nublado y con una débil lluvia, aunque para pasear, muy agradable: íbamos bien abrigados y calzados. Nos gusta madrugar cuando estamos de viaje, porque es cuando mejor captamos el pulso de la ciudad, se abren los primeros comercios, los primeros bares, no hay excesivo tráfico, ni turismo… ¡Al metro!
El Metro de París conserva algunas de las bocas de metro construidas por Hector Guimard a principios del siglo XX. Hector Guimard es el máximo exponente del Art Nouveau francés. El comienzo de nuestro recorrido nos permitió admirar una de las bocas de metro que se conservan, la de Abbesses.
Primera zona de paseo y cata: Barrio de Montmartre
Este barrio ha sido declarado “Distrito Histórico”. Se le conoce también por ser el barrio artístico por excelencia, debido a la cantidad de pintores que allí se instalaron a lo largo de la historia. Es una delicia pasear por sus calles.
En la cumbre de la colina en torno a la cual se asienta el barrio se encuentra la Basílica del Sacré Coeur, inconfundible y visible desde cualquier zona de París. De dimensiones impresionantes comenzó a construirse en 1875 y se completó en 1914.
Recorriendo el barrio nos podemos encontrar pintores y retratistas, muchas tiendas de recuerdos, mucha tienda de comida para llevar y, en cada esquina, pastelerías y panaderías, algunas con sus obradores a la vista.
- Au Levain D’Antan
La primera panadería a visitar fue la que se llevó el primer premio en el 2011 en el famoso concurso de baguettes que se organiza todos los años en París: la boulanger ‘Au Levain D’Antan’:Medida 60 cm Color de la miga Blanco crema Textura Suave Corteza Muy crujiente Sabor de la corteza Ligero sabor a pipas tostadas, fantástico Precio 0,90 €
- Artisan Boulanger Gontran Cherrier
Segunda panadería a visitar: Artisan Boulanger ‘Gontran Cherrier’. Muy bonita, amplia, con todo su despliegue de panes y bollos a la vista. Cómoda para comprar e incluso para comer algo allí mientras ojeas el periódico. En la propia panadería te venden libros protagonizados por su famoso panadero. Una delicia de sitio.Medida 50 cm Color de la miga Blanco crudo Textura Más densa Corteza Crujiente Sabor de la corteza No sobresale ningún sabor especial, sabe a pan bien hecho Precio 0,95 € - Le Grenier a Pain
Tercera panadería a visitar: Le Grenier a Pain, de Michel Gallogen. Me habían comentado que las baguettes eran muy buenas, pero el sitio estaba de reformas y no estaba abierto. Nos quedamos con las ganas.En sus alrededores, fruterías y tiendas de productos alimenticios: patés, fiambres, mermeladas… De camino ya al metro para ir a la siguiente zona de cata se pasa por el mítico Moulin Rouge, donde podemos encontrar a un montón de turistas haciéndose fotos en su entrada.
Segunda zona de paseo y cata: Opera
La Ópera de París es un edificio majestuoso. Desde la propia boca de Metro ya se ve a los turistas con sus cámaras, en la isleta central de la Plaza de Ópera. El edificio fue construido por el arquitecto Charles Garnier entre 1861 y 1874, por orden de Napoleón III. Destaca sobre todo su monumentalidad y su decoración sobrecargada de dorados. Actualmente alberga espectáculos de ballet; las óperas se suelen representar en un edificio en Bastille, más pequeño y más práctico.
- Boulangerie Patisserie Gaëtan Romp
La cuarta panadería que fuímos a visitar fue la Boulangerie Patisserie ‘Gaëtan Romp’. Segundo premio de la Baguette Tradición 2011, y cuarto premio Master Boulangerie Ile de France 2011.En esta panadería tuvimos que hacer tiempo, pues las estaban horneando. Era ya casi la una de la tarde, y en un momento se empezó a formar cola de oficinistas que salían a tomar sus bocadillos en esta boulangerie.
Medida 55 cm Color de la miga Blanco ceniza Textura Ligera Corteza No excesivamente crujiente Sabor de la corteza Perfecto. A cereal con un punto dulce Precio 0,95 €
Tercera zona de paseo y cata: Tour Eiffel
¡Quién no conoce el símbolo más emblemático de París! La Tour Eiffel es una estructura de hierro diseñada por el ingeniero francés Gustave Eiffel y sus colaboradores para la Exposición Universal de 1889 en París. Se encuentra ubicada en un espacio muy amplio, el parque del Campo de Marte, al lado del Sena, y es muy agradable darse un paseo. En esta ocasión no teníamos tiempo para subir pero en ese momento ya no llovía y pudimos dar un paseo estupendo por los alrededores.
- Chocolatier Boulanger Les Gourmandises d’Eiffel
La 5ª panadería a visitar era la Chocolatier Boulanger ‘Les Gourmandises d’Eiffel’: primer premio del séptimo distrito en el Concurso de la Ville de París 2011, sexto en la general.Medida 70 cm Color de la miga Blanco Textura Ligera y suave Corteza Crujiente Sabor de la corteza Perfumado a cereal, ligero sabor a nuez Precio 0,95 € Nota: impresionantes las 7 greñas de la baguette, de 10 centímetros cada una. Le daban un aspecto hermosísimo y le conferían a la corteza un crujiente maravilloso, sin que estuviera reseca.
A cinco minutos caminando podéis visitar la panadería de Poilâne de este distrito, cuya historia ya os comenté en un post anterior.
Cuarta zona de paseo y cata: Notre Dame
La catedral de París fue construida entre 1163 y 1330 y es una de mas mejores muestras de arte gótico que existen. Se encuentra en el mismo corazón de París. El espacio que la antecede siempre está lleno de turistas haciendose fotos o simplemente sentados descansando y contemplado la fachada, que es maravillosa. Personalmente es el sitio que más me gusta de París, por su situación y por su majestuosidad. Es una auténtica delicia pasear por sus alrededores, cruzar los puentes que la rodean, y el olor a crêpes que perfuma los alrededores. De hecho, no pudimos resistirnos a verla de noche de nuevo, y despúes de salir del Folies Bergère, ya tarde, nos bajamos en el metro más cercano para comtemplarla de nuevo y dar un paseo hasta nuestro hotel, que estaba a 15 minutos caminando desde Notre Dame.
- Boulangerie Jean Noel Julien
La sexta y última panadería que nos quedaba por visitar era la Boulangerie Jean Noel Julien. Primer puesto en el concurso de baguettes de 1995, segundo en el 1997, sexto en el 2002, y cuarto en el 2003.Medida 55 cm Color de la miga Blanco crudo Textura Mullida Corteza Muy crujiente Sabor de la corteza A cereal y ligero toque a caramelo Precio 0,90 € Los macarons de este sitio son magníficos.
La boulangerie que ha obtenido el premio en 2012 es la de Sebastian Maugieux, en su panaderia del número 159 de la rue Ordener, en el barrio de Montmartre: esta queda para visitar en la próxima escapada a París.
Conclusiones
Todas las baguettes de la cata eran excepcionales, crujientes, suaves de miga, con perfume delicado a cereal, irregulares, preciosas y riquísimas y al mismo precio que te las pueden vender congeladas en una gasolinera española. Con lo cual de mito tiene poco: es una realidad que la calidad de estos panes es muy buena, y su fama viene precedida por un trabajo bien hecho, que se aprecia en el primer contacto al comprar la baguette. Y eso que teníamos un hándicap, y es que el ambiente lluvioso podía haber hecho que se ablandase la corteza por completo al cabo de unas horas: pues no. Es cierto que las baguettes habían perdido un poco de crujiente, pero muy poco: seguían magníficas por la tarde, que nos merendamos con paté y jamón las mitades que nos habían sobrado, disfrutando hasta del último bocado.
Creo que se entiende que la cata es un mero guiño. No creo que haya ningún purista que me diga que no es tal porque no se hizo en las condiciones adecuadas para apreciar todas las cualidades organolépticas del pan. Pues claro que no: la hicimos en la calle, a las puertas de las boulangeries, donde Mc las fotografíaba y medía con sus manos, y donde yo tomaba notas en mi móvil y saboreaba a pellizcos un pan maravilloso mientras íbamos paseando por un París bajo la fina lluvia. Suena romántico, ¿verdad? Pues sí, lo fue.
Su