La suave cebolla Fuentes de Ebro
Hoy te traigo información de un ingrediente muy conocido, pero del que no he hablado nunca en webos: la cebolla. En concreto, te voy a contar todo de la cebolla de la Denominación de Origen Protegida Fuentes de Ebro, por si no la conoces y alguna vez se cruza en tu camino en el mercado.
DOP Cebolla Fuentes de Ebro
La Denominación de Origen Protegida Fuentes de Ebro fue creada a finales de 2010 y es la única cebolla en España que goza del sello de calidad de Denominación de Origen.
Su zona geográfica es el entorno de la desembocadura del río Ginel en el río Ebro, un área que va desde Mediana de Aragón a Osera de Ebro, y desde Villafranca de Ebro a Quinto, incluyendo otros municipios como Fuentes de Ebro o Pina de Ebro.
Esta zona se caracteriza por un microclima estepario, con mucho viento y escasas lluvias. El suelo es fértil, con presencia abundante de yeso y carbonato cálcico, y un pH elevado.
Los conocimientos sobre su cultivo han pasado de generación en generación, manteniendo las prácticas manuales para la recolección, algo imprescindible por la delicadeza de esta cebolla, pero mejorando tanto el cultivo como la conservación y presentación en puntos de venta. Se comercializa en la segunda mitad del año, entre los meses de julio y enero.
La cebolla Fuentes de Ebro
Como ves en la foto, su color externo es blanco-paja. Las capas internas son blancas y su textura es tierna, crujiente y muy jugosa, con gran contenido en agua. Es además una cebolla suave, con escaso picor, y dulce. Está muy rica en ensalada y es ideal para caramelizar sin necesidad de añadir azúcar, por su dulzor natural.
La reconocerás porque lleva una etiqueta redonda y negra con la marca de la Denominación de Origen Protegida, que garantiza que estás consumiendo la cebolla Fuentes de Ebro.
En casa las compramos cuando las encontramos en el mercado. Éstas últimas las caramelizó mi madre para emplearlas de acompañamiento con unas hamburguesas caseras que hemos tomado el domingo.
Las caramelizamos de una manera muy sencilla, en una buena sartén, con 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra, simplemente rehogando la cebolla lentamente hasta que se dora y caramelicen los azucares de la propia cebolla. ¡Estaban impresionantes!
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