Rosquillas de Estella
Estas rosquillas de Estella son otra receta de repostería de convento del libro del que tantas veces te he hablado, sobre los dulces que hacen las monjitas del Monasterio de Santa María del Socorro de Sevilla. Es un dulce nada empalagoso, con una textura crujiente, no demasiado conocido, y fácil de hacer. A ver si te gusta y le damos a esta maravilla de rosquillas un impulso disfrutando mientras las preparamos y cuando las degustemos.Este nombre lo toman porque la receta es originaria de una comunidad de Concepcionistas Franciscanas de Estella.
Rosquillas de Estella
Ingredientes
- 100gde manteca de cerdo
- 50gde margarina
- 2huevos enteros
- 1yema de huevo
- 1huevo para batir
- 1sobre de levadura
- 150gde azúcar
- 375gde harina de repostería
Preparación
- Batir la manteca, la margarina, los huevos, la yema y el azúcar.
- A esta mezcla añadir la harina a la que previamente habremos incorporado la levadura. Volver a mezclar hasta que tengamos un solo color en la masa.
- La masa se tiene que trabajar bien, sin que se quede pegada a las manos. Extenderla en la mesa de trabajo hasta conseguir un grosor de medio centímetro.
- Con un molde cortapasta redondo de 7 centímetros se hace el primer corte y se saca una circunferencia. Sobre ella hacer otro corte de forma concéntrica con un molde menor, de tal manera que la rosquilla quede formada, puesto que al círculo de masa del primer corte se le ha hecho un agujero en el centro.
- Colocarlas en la bandeja del horno previamente engrasada. Trasladarlas de la mesa de trabajo a la bandeja con cuidado —yo utilicé la pala larga de repostería, para que no pierdan su forma original—. También aconsejo para manipular bien este tipo de masas, tener la cocina sin calefacción, fresquita.
- Batir el huevo que queda y pintar la superficie de las rosquillas.
- Precalentar el horno cuando ya las tengamos preparadas a 240˚, calor arriba y abajo. Meterlas 15 minutos, pero hay que vigilar el horneado. Esto siempre lo repito pero es que es muy importante, porque es delicioso conseguir el toque dorado. Yo las hornee en dos tandas.
- Si os apetece las podéis bañar de chocolate. Si es así, no hay que pintarlas de huevo, y una vez en el horno y frías, se procede a darles el baño con chocolate de postres derretido. Si lo encontramos espeso, lo aclararemos con aceite de girasol de buena calidad, nunca con agua.
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