Cuenca en otoño

Te hablo de mi ciudad una y mil veces. Vive rodeada de naturaleza, y yo le encuentro encanto en cualquier estación del año, pero me parece que Cuenca en otoño alcanza una belleza sublime.

Cuenca en Otoño

Te propongo una ruta para poder apreciar los colores de los árboles y del río Júcar, un paseo increíble, y que solamente tiene una pequeña pega: pasa muy rápido. Depende mucho de las condiciones meteorológicas, y en cuanto llueve o hace un poco de viento los árboles pierden sus hojas rápidamente, por eso no te puedo decir una fecha concreta para que programes tu viaje en otoño a visitarnos. Mira por ejemplo el vídeo que nos ha hecho @srwebos con su dron, y que está grabado a mediados de octubre. Algunos años este paisaje permanece así o incluso más amarillo hasta primeros de noviembre. Otros años en cambio traen un tiempo despacible y los árboles empiezan a perder hojas hasta que se queda un paisaje ya casi invernal —que también tiene su encanto, no creas—.

La ruta

Sitúate en el puente de la Virgen de San Antón. Vamos a ir caminando, pero si vienes en coche, puedes dejarlo un poco más adelante en la carretera CM 2105 que va a la Ciudad Encantada y el nacimiento el río Cuervo.

Punto de partida

Tienes la primera estampa preciosa sobre el puente: puedes contemplar la parte alta de Cuenca, las rocas y el río. Es la estampa que ilustra esta entrada.

Primera parada

Si continuas en la dirección que te he indicado en seguida verás donde el río Huécar vierte sus aguas al Júcar y donde comienza un paseo precioso, dejando a tu derecha unos rascacielos característicos de Cuenca, casas de dos o tres alturas para la calle a la que dan frente, pero que descuelgan unas cuantas más en su parte trasera, dando frente al río. Lo normal es que veas a muchos conquenses en su caminata diaria.

Segunda parada

A mano derecha encontrar entrarás en seguida el Puente de los Descalzos. Nada más cruzarlo a mano derecha se encuentra el Recreo Peral, sitio al que le tengo especial cariño, porque era el favorito de mi padre: le encantaba ver a los jugadores de bolos en esas largas tardes de verano en el sitio más fresco de toda la ciudad.

Si te apetece, puedes subir a la Ermita de Nuestra Señora de las Angustias, sitio de devoción para muchos conquenses. Unas escaleras, una cuesta, en cualquier caso con un buen calzado, y desde el espacio donde está situada disfrutarás de unas vistas preciosas.

Tercera parada

Pero si no quieres desviarte, sigue la margen izquierda del río Júcar, corriente arriba. Es un camino que está bien para pasear, rodeado de naturaleza, y que en otoño es especialmente atractivo . Siguiendo la pista de tierra en unos ochocientos metros verás en la otra margen del Júcar las instalaciones de la playa artificial, lugar donde muchos conquenses —y la familia webos al completo— combaten el calor en verano en un paraje único. Aconsejable el restaurante que hay: se come fenomenal, y en un entorno bien bonito. Imprescindible reservar.

Cuarta parada

Si sigues caminando unos quinientos metros más verás a la derecha la fuente de Martín Alhaja, pastor protagonista de una de las leyendas de Cuenca, la que narra su reconquista en 1177. En este punto te cruzarás seguro con algún ciclista y a tu lado, en el río, con los piragüistas que siempre están haciendo deporte, haga el tiempo que haga. En esta zona el paisaje se abre en una explanada.

Puedes seguir adelante kilómetro y medio más, cruzar el río y volver por la margen derecha, por una plataforma asfaltada en tres niveles, para coches, bicicletas —en Cuenca hay mucha afición— y peatones.

La distancia aproximada es de unos siete kilómetros ida y vuelta para la ruta por ambas márgenes del río, y muy fácil para caminar.

Para campeones

Si te ves fuerte, puedes seguir ochocientos metros más y tomar la carretera con la que te encuentres a tu derecha, subiendo hacía la dirección de la que vienes. Llegarás al barrio del Castillo de Cuenca por el camino de San Isidro. Son casi cuatro kilómetros, pero las vistas bien merecen la pena, te lo aseguro. Poco antes de llegar a Cuenca verás el cementerio de San Isidro, lugar que escogió Fernando Zóbel para ser enterrado.

Este es el paseo para disfrutar del paisaje otoñal tan hermoso de mi ciudad, que aunque intento empaparme de ella los fines de semana que voy, siempre me sabe a poco.

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