Bocadillos de salchichón y nísperos de postre
Hoy no toca receta, sino hablar de bocadillos de salchichón y nísperos. En este blog, además de ocuparme del tema gastronómico, también me gusta que poco a poco queden reflejadas las técnicas que uso, los trucos que me ayudan en cocina, las rutas y sitios que me gusta visitar y mis impresiones o recuerdos. Hoy quiero que perdure uno que siempre viene a mi mente en esta época.
Bocadillos de salchichón y nísperos de postre
Retrocedo a 1973. Tendría yo 8 años y mi hermana, 3 menos. Nada nos gustaba más que cuando mis padres nos llevaban al pantano de Entrepeñas. Vivíamos por aquel entonces, como ahora, en Guadalajara y era un destino fabuloso a tres cuartos de hora de casa para esos días en que empezaba a hacer calor.
Durante algún tiempo mi padre tuvo una pequeña barca. A mi padre es que le daba por todo: fue piloto de rallies, aficionado al motocross (y me aficionó a mí, con 11 años, hasta que un día me pegue una piña, sin mayores consecuencias) y ese verano tocó una pequeña barca a motor. Era, cuando menos, inquieto. Lo dicho, íbamos a pasar el día a Sacedón y no sé muy bien el motivo por el que se convirtió en tradición esos días comer un bocadillo de salchichón, con un pan recién hecho que comprábamos en una tienda de la que mi madre no recuerda el nombre, y nísperos de postre, muchos nísperos, que comprábamos en esa misma tienda, que tenía de todo ¡estaba todo delicioso!
La gracia de esto es que mi madre ha sido siempre de llevar de excursión la clásica tortilla de patata y los filetes empanados, y no sabemos muy bien por qué para aquélla cambió de opción, versión que se acabó convirtiendo en una tradición. Esto que te cuento es uno de esos recuerdos de infancia que viene a tu mente y te provoca inmediatamente una sonrisa que asocias a esos tiempos de pocas preocupaciones y veranos eternos que recuerdas con especial cariño.
Su