Croquetas de centolla
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Esta receta de croquetas de centolla es maravillosa para una cena con la que nos queramos lucir. Ni son baratas, ni son rápidas, ya que hay que tener paciencia en arreglar la centolla como se merece, pero el resultado es espectacular. A mis hijas la centolla cocida no les apasiona como a mí, que es el marisco que más me gusta, por eso si compro un par de ellas, en fechas muy, muy especiales, lo que hago es que cuando las limpio, dejo los mejores trozos de la carne del cuerpo para darme el gusto de tomarlos así, y saco la carne de las patas y de las partes más feas del cuerpo para las croquetas.Puedes presentarlas en los cuerpos limpios y secos de la centollas y ya ves que queda muy bonito.
Croquetas de centolla
unidades
Ingredientes
- 200gde carne de centolla cocida
- 50gde aceite de oliva virgen extra
- 50gde mantequilla
- 30gde cebolla
- 170gde harina
- 750gde leche
- El jugo de la cabeza de la centolla
- Sal
- Pan rallado
- Huevo para rebozar
Preparación
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Prepara la centolla
- Limpia la centolla. Para ello quita en primer lugar la tapa que cubre el parte del abdomen (triangular en el macho y de forma más redondeada en la hembra) y deséchala junto con su contenido.
- A continuación separa el cuerpo y las patas del caparazón. Se hace con poco esfuerzo. Reserva el caparazón.
- Arranca las membranas que cubren el cuerpo en sus dos mitades. Pártelo por la mitad. Separa las patas del cuerpo. Con ayuda de un martillo da un golpe a las patas y saca la carne que tengan. Reserva. Guarda la carne del cuerpo y el jugo.
Las croquetas
- Echa en una cacerola antiadherente o sartén honda la mantequilla y el aceite. Cuando estén calientes, pocha la cebolla cortada en dados pequeños.
- Añade la harina, y ve dándole vueltas poco a poco hasta que esté dorada, unos tres minutos.
- Añade a continuación la leche caliente y el jugo que te haya salido de la cabeza de la centolla. Sigue dando vueltas con unas varillas hasta que no queden grumos a fuego medio/bajo. Cuando empiece a espesar, añade la carne de la centolla, prueba de sal y rectifica si es necesario. El tiempo depende de cada fuego y de cada cacharro en el que lo hagamos. Recuerda que te tienen que espesar.
- Cuando empiece a hervir, retira la masa del fuego. Echa la masa en un recipiente en el que no quede demasiado extendida, y deja enfriar —yo las hago de un día para otro—.
- Coge porciones de la masa con una cuchara y, con pan rallado, dales forma —no lo utilices en exceso—.
- Cuando las tengas formadas, pásalas por huevo bien batido y de nuevo por pan rallado.
- Fríe en abundante aceite caliente, pero con cuidado de que se hagan por dentro sin quemarse por fuera.
- Déjalas escurrir en papel en un colador y pasarlas a papel de cocina antes de servir, para que no tengan exceso de grasa.
Consejos y preguntas
- ¿Se pueden congelar?
Sí. Aquí te cuento cómo se hace para que no pierdan su forma en el congelador. - Si tu presupuesto no te permite comprar este tipo de marisco, te recomiendo que le eches un vistazo a esta otra opción, que también te gustará.
- No he hecho croquetas nunca y al echar la leche me han quedado grumos. ¿Qué hago?
Este truco siempre lo repito, pero si las estás haciendo en una cazuela que no se raya el fondo, mete una batidora y bate un poco la masa —no mucho—, y sigue el proceso con unas varillas. No es lo más adecuado, porque la centolla se tritura demasiado y la masa se tiende a poner un poco menos espesa, pero te saca del atolladero, que es de lo que se trata.
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