¿Quién ha dicho que no puede hacer pan?
Hoy no traigo receta. Hoy vengo con una de esas historias hermosas que no podía dejar de compartir.
El pasado 4 de Enero estuve dando mi curso mensual de pan. Son cursos muy especiales. No lo digo yo, lo puede decir cualquiera de mis alumnos. El pan ya es mágico de por sí, el local donde lo impartimos tiene una luz espectacular, pero donde está el meollo del asunto es en las personas que deciden pasar una mañana haciendo pan. Los grupos que se forman son muy majos, comparten las muchas horas de una mañana, y la verdad es que para nosotros son unos momentos inolvidables.
Una de las alumnas de ese curso venía en su coche desde Badajoz. Lo que no podíamos prever es la lección que nos dio a todos los que estábamos allí, de empuje, de discreción, de saber estar, de vitalidad, de ser una más del grupo, de trabajar esa mañana como la que más.
Se llama Almudena, tiene una nena de 18 meses, su pasión es la repostería creativa, su proyecto hecho realidad, una tienda que se llama deAzúcar, y sólo un pequeño detalle: tiene una discapacidad de nacimiento y no tiene una mano.
Sobran las palabras. Desde aquí todo nuestro cariño y admiración para ella y para todas las personas que tenéis una discapacidad y que os enfrentáis de una manera tan valiente al día a día.
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