Viñas del Vero: un gran descubrimiento
Nosotros tuvimos la suerte de poder hacer una visita guiada de la mano de Joaquín Torres, que nos la hizo muy didáctica y amena. Como fue durante las vacaciones de verano nos acompañaban mis hijas y mi madre, y tenía yo muchas ganas de que vieran una bodega, para que apreciaran el trabajo y el proceso que lleva la uva desde la viña a la botella. Además llevábamos incorporado en mi grupo de amigas —mis chicas de Barbastro y cercanías— el componente humano, y es que el marido de una de ellas, Manuela, fue el primer trabajador de Viñas del Vero.
Blecua
En la primera parte de la visita conocimos la bodega Blecua, que abrió sus puertas en julio de 2000.
Se encuentra a muy poca distancia de Viñas del Vero, antes de llegar a ésta, yendo de Barbastro a Alquézar. La finca Blecua, más conocida en la zona como la torre Blecua, data de finales del siglo XI, cuando era utilizada como lugar de retiro por los monjes benedictinos franceses. Viñas del Vero ha restaurado la casa para albergar en ella la bodega en la que elabora su vino más emblemático, Blecua, respetando una zona de cuevas que afloró durante la restauración.
Nos contaba Joaquín que de este vino nace de los siete mejores viñedos de Viñas del Vero, de cuatro variedades de uva diferentes, Merlot, Cabernet Sauvignon, Garnacha y Tempranillo, con la finalidad de establecer la base del Blecua. Después y tras una cuidadosa vendimia manual de estos viñedos, y ya en la bodega, se vuelve a pasar un proceso de selección para escoger los mejores racimos. Y a partir de este momento con la labor de los enólogos y nuevos procesos de selección consiguen la joya de la marca.
Me llamó poderosamente la atención el espacio dedicado a libros de cocina. Tienen una biblioteca con más de 1.000 ejemplares. Es aquí donde se realizan los ‘Días de vinos y trufas’ que reúnen a lo más selecto del mundo gastronómico desde hace ya diez años.
Me gustó muchísimo, sobre todo para que lo vieran mis mozas, que cada tipo de uva estaba identificada, y así ellas mismas pudieron ir viendo las diferencias entre las distintas variedades.
Viñas del Vero
Muy cerca está el edificio central de Viñas del Vero, donde se hacen el resto de vinos. Lo primero que hicimos fue poner a prueba nuestro sentido del olfato en un jardín repleto de plantas aromáticas. Joaquin nos iba provocando, a ver a qué nos recordaba cada planta, por lo que una experiencia divertida a la vez que muy instructiva. Completamos el resto de la visita a la bodega y por último hicimos la cata de tres vinos fantásticos: Gewürztraminer, Clarión y Gran Vos. Disfrutamos muchísimo con los tres.
Por si a alguno os apetece hacer una visita os dejo los datos en este enlace.
Su