La economía de la croqueta
No conozco a nadie al que no le gusten las croquetas. Igual hoy alguien me sorprende en comentarios, pero, por lo general, es una receta que tiene éxito siempre en una mesa. En webosfritos.es he hablado muchas veces de ellas, porque me parece que se pueden hacer casi con cualquier sobra. También te he hablado de los trucos para freírlas y para que salgan más ricas, y para animarte a tenerlas siempre disponibles en el congelador, pero poco he hablado de un aspecto fundamental: la economía de la croqueta.
Economía de la croqueta
Las precocinadas
¿Te has fijado en el precio de una croqueta ―se venden por unidades― en los sitios de comida precocinada? No me refiero a las congeladas sino a las que venden ya fritas. Son de buen tamaño, eso sí, y están listas para calentar. Pues si tienes ocasión, mira el precio.
Las caseras
Para hacerlas en casa empleo un litro de leche entera, la harina, la mantequilla o el aceite, la sal y poco más, porque casi siempre son de sobras, principalmente de carne del cocido, a las que añado algo de jamoncete. Aun valorando nuestro tiempo, porque las hago mano a mano con mi madre, me compensa. Ya tenemos tal práctica que en media hora tenemos formadas unas cincuenta y cinco croquetas, muy apañadas de precio.
Por salud
Evidentemente, no todo es cuestión de economía. Un aspecto que yo valoro y mucho es la salud y es que haciendo las croquetas en casa sabes lo que llevan y sabes qué comes.
Priorizar el uso del tiempo
Y puede que me digas que no tienes tiempo. Yo no voy sobrada, pero entre mis prioridades está hacer croquetas, tomate frito o cocer en un momento una verdura, cosas que me ayudan en los menús de mi día a día.
Y este tiempo que le dedico a estos menesteres lo considero una inversión, como te decía el otro día. Al final, no se trata de la falta de tiempo que argumentamos siempre, sino del uso que hacemos de él.
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