Ya sabéis que en nuestros viajes predominan tres temas: naturaleza, arquitectura y gastronomía —excepto restaurantes, que nos los trabajamos poco—. En el viaje que hicimos este verano desde Londres a Edimburgo, con un recorrido por la Escocia más hermosa, hubo una parada en Glasgow para admirar y aprender la obra de Charles Rennie Mackintosh (1868-1928), arquitecto, diseñador y artista, considerado una de las figuras creativas más influyentes de Escocia.
En la década de 1890 fue parte de “The Four” —un grupo informal que integró junto con las hermanas Margaret y Frances Macdonald y James Herbert McNair— que produjo algunos de los más creativos diseños decorativos y gráficos de la época. Al igual que muchos de sus contemporáneos concebía al arquitecto como responsable no sólo de la estructura de un edificio sino de todos los detalles de su diseño interior.
Un Mackintosh principiante trabaja para Honeyman y Kepie, encargados de la ampliación del edificio del periódico realizado en 1870 por John Baird.
Se trataba de dotar al edificio de salas para almacenes, tiendas y las oficinas del periódico. Se puede apreciar su mano en la disposición de las ventanas, en la decoración y en la característica torre que alberga un depósito de agua contra incendios, que puedes ver en esta foto.
Está considerada su obra maestra. El proyecto se concluyó en dos partes: la primera, entre 1897-99, constaba de talleres, la oficina del director, una sala de exhibición, servicios y la vivienda del guardián. La segunda, entre 1907-09, incluyó nuevos talleres, una biblioteca, un auditorio y un salón de reuniones.
La arquitectura tradicional escocesa fue una inspiración importante junto con los detalles japoneses, cultura con la que tuvo contacto a través de exposiciones en Glasgow y Edimburgo. La organización de los espacios basados en una geometría simple, el uso de pantallas deslizantes, el diseño de las ventanas e incluso el diseño de la reja externa recuerdan a la heráldica nipona. Es un trabajo de “diseño total”, aplicado por Mackintosh en muchos campos. Cuando estuvimos nosotros estaba en fase de rehabilitación y no se podía acceder al interior, pero ello no nos impidió apreciar algunos detalles arquitectónicos.
Cuando te comento lo de artista total fíjate que diseña hasta las farolas de las aceras perimetrales.
Un gran edificio que pasa desapercibido. Esto se debe fundamentalmente a que se encuentra ubicado en la estrechísima calle Reinfield. Originalmente se diseñó para ser sede del periódico que da nombre al edificio. En la actualidad la existencia de la cafetería Stereo en la planta baja nos permite asomarnos a su interior.
Mackintosh nos sorprende con su llamativo uso de color en la fachada, combinando grandes sillares de arenisca con ladrillo, mayoritariamente blanco, pero también presente en otros colores. El empleo mayoritario del blanco le da luminosidad a una fachada que da frente a un callejón oscuro, en una ciudad también oscura —o al menos así la percibimos nosotros aquél día—. Hay que paladear el corte y la talla de los sillares de arenisca, un trabajo y diseño deliciosos.
Esta vivienda está situada en Helensburgh, a pocos kilómetros de Glasgow, sobre una colina que desciende suavemente hasta la confluencia de la desembocadura del Clyde con el Gare Loch y el Mar del Norte. Lo primero que destaca de su exterior es lo irregular de sus volúmenes y su total austeridad decorativa, chocante con la arquitectura al uso en aquellos años y más cercan en planteamiento a lo que encontraremos años más tarde en Le Corbusier, por poner un ejemplo.
Contrasta con el interior, muy decorado. En él Mackintosh realiza otra labor de diseño total: espacios, decoración, lámparas, mobiliario… Precisamente para esta casa diseñó Charles Mackintosh su famosa silla:
Fotografía © disenoyarquitectura.net
Las salas de té Willow en Sauchiehall Street es una de las principales atracciones de Glasgow para los lugareños y visitantes extranjeros. Es el local primigenio de la cadena de salas de té. Una vez más, en él se da el diseño total: Mackintosh diseñó junto con su mujer, Margaret MacDonald, toda la decoración del local, incluyendo hasta los cubiertos y el vestuario de las camareras. Están dispuestas en tres plantas, las dos inferiores para las damas y la superior para los caballeros. La Sala de Luxe, en el primer piso, está considerada por muchos la mejor obra de Mackintosh. Aunque tampoco pudimos visitarla sabemos que mantiene las puertas originales de vidrio con plomo, las ventanas y los espejos. Se espera la reinauguración para 2018.
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Más información: glasgowmackintosh.com
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yo les pongo ajos...
No me los pierdo!!!!! una cosa que tal quedan hechos el día anterior? me gustaria...
Me encanta. Aprovecho verduras de las que hay que dar salida, y luego en todo tipo...
¿Crees que se podría hacer en olla lenta? Tiene muy buena pinta esa receta!!!...
Buenisimosss...
Gracias por estos pellizcos de cultura y por compartir vuestros conocimientos y vivencias. Estoy tomando nota y en cuanto mejoren mis circunstancias personales, disfrutare de algunos de estos viajes. Soñar es gratis