Esta entrada es continuación de esta otra, en la que te conté que todos los años hacemos un viaje en coche en familia, y que me gusta compartirlo por si alguna de mis recomendaciones te ayuda. Hoy seguimos ruta con esta segunda parte, todavía en Asturias y terminando a través de Cantabria.
Con lo danzarines que somos nos hubiese encantado hacer parte de la ruta del Cares, pero como te comenté el otro día la rodilla de Beatriz no estaba para hacer este tipo de planes, con lo que optamos por subir a Bulnes en el funicular. Jesús y yo ya hicimos esa excursión hace muchos años en otoño y la recordaba de otra manera. Ese día hacía mucho, mucho calor y en la montaña la temperatura era también elevada. Aún así el entorno es una preciosidad.
Beatriz y Sara se quedaron en Bulnes, al lado del río y nosotros hicimos una pequeña excursión hasta Bulnes de Arriba. Es el pueblo más emblemático de Picos de Europa. No se puede llegar a él de otra manera que no sea andando o por el funicular: no tiene carreteras de acceso. Hay varios bares y un par de casas rurales por si te apetece desconectar del todo.
Al estar en la zona a una hora temprana, pudimos dejar el coche en un aparcamiento muy cerca del funicular. Si vas en época muy turística igual tienes que dejarlo en un aparcamiento que habilitan a 2 kilómetros de la zona, porque el más cercano se llena enseguida.
Para nuestro pinic de ese día encontramos el mejor de los sitios, en el área recreativa de Asiego. Publicamos un vídeo en Instagram que seguro te gustará ver.
Como las distancias no son muchas decidimos pasar la tarde en la costa. Teníamos ganas de conocer la singularidad de la playa de Gulpiyuri, una pequeña playa oculta que se encuentra entre la costa de Llanes y Ribadesella. Su singularidad reside en que el agua del mar entra hasta ella a través de un túnel que hay entre las rocas. Ha sido declarada Monumento Natural y se llega hasta ella a través de una senda, desde una explanada habilitada como aparcamiento donde puedes dejar el coche, a unos 700 m de la playa.
A continuación nos fuimos a conocer el Mirador de Torimbia, desde el que se divisa la playa del mismo nombre a la que se accede por un camino. Allí nos quedamos embobados mirando un buen rato el paisaje. Lo tuvimos que hacer por turnos porque era imposible aparcar, y todos los coches (mal) aparcados en los laterales de la carretera tenían su correspondiente multa. ¡Ojo con este tema si te apetece acercarte por allí!
Y para rematar la tarde nos acercamos a disfrutar del Paseo de San Pedro de Llanes y sus preciosas vistas.
Ya no podíamos estirar más el día, y aún nos quedaban unos kilómetros hasta nuestro destino final de ese día: Potes, ya en Cantabria. No puedo dejar de mencionar el desfiladero de La Hermida, por el que hay que pasar para llegar a Potes: es de una belleza impresionante.
Aún guardamos fuerzas para darnos un pequeño paseo por su centro histórico. Me pareció un pueblo bien bonito, con sus calles llenas de vida, muchos bares y restaurantes para tomar algo. Potes está ubicado en el centro de la comarca de Liébana. La villa, aunque ubicada en un llano está rodeada de un espectacular paisaje. Podemos descubrir su larga historia en torres, casonas y en los rincones de sus calles empedradas y sus soportales.
Era de noche, y no era cuestión de tomarnos uno de sus platos estrella, el cocido lebaniego, que nos quedamos con ganas de probar. Lo sustituimos por un picoteo en la recomendable Taberna Plaza: sus sartenucas están muy ricas. Y hacía tiempo que no me tomaba yo un helado de turrón tan rico como el que me tomé en el Antiu Xixona de Potes.
Hotel Valdecoro
Muy agradable, habitaciones con camas muy cómodas, y a 10 minutos caminando del centro de Potes. Desayunos muy ricos. El pan estaba tan bueno que pude comprar una barra allí mismo para el picnic de ese día.
Dirección: Calle Roscabado, 5, 39570 Potes
Coordenadas GPS: 43° 9′ 24.4″ N, 4° 37′ 4.1″ O
Madrugamos para estar pronto en Fuente Dé. No conocíamos este maravilloso rincón que nos dejó impresionados. Es la estación del teleférico que salvando ochocientos metros de desnivel nos deja llegar al corazón de los Picos de Europa.
En la zona te encontrarás un Parador Nacional, restaurantes, bares, un camping y un albergue. Nosotros tenemos que volver más tranquilamente: no subimos en el teleférico, a la espera de que Beatriz esté bien de su rodilla y podamos hacer alguna de las rutas que salen desde arriba.
A la vuelta paramos en Mogrovejo, elegido mejor pueblo de Cantabria en 2017. Nos dimos un pequeño paseo disfrutando de él. Como curiosidad nos enteramos que allí se rodaron las películas de Heidi, con lo que ya te puedes imaginar los prados que rodean al pueblo. El casco histórico se ha mantenido prácticamente intacto a lo largo del tiempo, motivo por el que ha sido declarado Bien de Interés Cultural. Nos parecieron especialmente interesantes su torre y la iglesia. Muchas casas conservan sus hornos de pan tradicionales. El pueblo cuenta con un Museo de la Escuela Rural que recrea las escuelas de la zona de Liébana de hace muchos años.
Nuestro siguiente destino fue Santo Toribio de Liébana. La iglesia estaba cerrada pero pudimos contemplar su claustro lleno de preciosas hortensias y empaparnos de la historia del lugar merced a los carteles explicativos. El sitio tiene importancia por varias cosas, entre ellas es el lugar desde el que el Beato de Liébana redactó en el siglo VIII los comentarios al Apocalipsis de San Juan.
La tarde la dividimos entre San Vicente de la Barquera. En San Vicente compartimos paseo con la familia de mi cuñado Nacho que veranea allí, la ciudad se preparaba para su mercado medieval. Nos enseñaron sus pedazo de playas y los sitios tan estupendos por donde pasean.
Una de las muchas recomendaciones que me dabais mis seguidores de Instagram era que no dejara de comprar unas palmeras en La Casa Azul/ Royal III, en Los Tanagos a pocos km de San Vicente de la Barquera. Es uno de los dulces favoritos de mis hijas y las han disfrutado muchísimo. Es un hojaldre fantástico, cogí de varios tipos pequeñas pero tienen unas tamaño paella que dicen que aún son mejores.
Ya muy cansados nos dirigimos a Solares, que era nuestra base para esa noche, con ganas de instalarnos en el hotel, antes de salir a cenar. Estuvimos picando en La Martintera. Aunque nos habían hablado también de la Tienda de Pedro Garcia, se interpuso antes en nuestro camino la Martintera y ahí nos quedamos en su terraza. Fantásticamente atendidos, todo lo que pedimos estaba extraordinario. Un sitio para repetir sin duda, más que recomendable. No se te olvide pedir sus bocartes: deliciosos.
Hotel Los Guardeses
Precioso edificio histórico, en el palacio de los Marqueses de Valbuena. Fenomenalmente atendido en recepción, camas muy cómodas y un gran desayuno.
Dirección: Calle Constitución, 6 – 39710 Solares
Coordenadas GPS: 43° 23′ 06.5″ N, 3° 44′ 20.8″ O
Te espero el próximo domingo con la tercera y última parte de esta ruta.
Su
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Hola!!! Yo vivo en Niembro (Llanes) donde está la playa de Torimbia. El mes de agosto es un caos circulatorio, y menos mal que ahora hacen un circuito, que suben por un lado del pueblo y bajan por el otro, pero el último tramo es estrecho y de doble circulación, y cuando ya no tienen sitio arriba para aparcar los coches dan la vuelta, (algunos se quedan por la orilla del camino con raya amarilla), se cruzan con los que suben y hay tramos que no pasan… Y las caravanas grandes se quedan atascadas en la casa pegada a la mía un dia si y otro tambien!!! La mejor época para venir es en primavera, que son los días mas grandes y se ven unas puestas de sol preciosas, o en otoño.
Un saludo!!!