Crónica de la firma del libro de webos fritos: Cuenca

Sé que estas cosas no interesan más que a las personas que estuvieron, sí, lo sé. Pero nos apetece hacerlo; es nuestro pequeño homenaje a los cocinillas que se plantaron con su libro debajo del brazo, con una sonrisa y mil ganas de compartir anécdotas de fogones, con intentos, fracasos y logros. Y algo más: poner cara a sus familias y a los nombres que hay detrás de un nick del ordenador.

Os he comentado muchas veces que estos mundos de compartir fatigas gastronómicas con lectores y blogueros nos une de una manera que no lo puede entender nadie más que aquel que lo vive. Para los que estas cosas os parezcan un aburrimiento supino, os pido paciencia e ilusión esperando la próxima receta, que viene ya mismo.

Tengo el permiso de todos para publicar estas fotos, el de los padres para las de los menores también.

Cuenca, 7 de Mayo. 18:30
La tarde era como para montarse en el Arca de Noé.

La ventaja de la Feria del Libro de Cuenca, es que se celebra en un recinto cubierto, y yo pensé: ‘mis weberos fritos no se van amilanar por unos chubascos para llegar hasta allí’, con lo cual nos fuimos con el boli preparado a ver cómo se terciaba la tarde.

Al llegar allí tuvimos ocasión de saludar a Lorenzo Silva, que firmaba después de nosotros su última novela. Seguidores que somos de su obra pudimos charlar un rato, que nos supo a poco.

Empezaron a llegar los primeros valientes de los que no tengo foto:

• Nuria, que estaba de guardia en su farmacia y se había escapado un momento, y Pedro, su hermano, que fue compañero de clase de Mc cuando eran pequeños
• Teresa y una compañera, enfermeras del Hospital, que también se tuvieron que ir y a las que me alegré mucho de saludar.

A continuación la sorpresa de la tarde: Carla recién llegada de Corea. Bueno, dicho así es muy fuerte, pero es una de las primeras lectoras de webos, que nos sigue desde hace 3 años en Corea donde reside por motivos de trabajo. Ha sido madre hace bien poco de un precioso niño y había venido a pasar unos días a Madrid con su familia. Sus abuelos son de un pueblo de Cuenca, y me dio el alegrón al presentarse a vernos con su bebé y sus padres. ¡Qué extraordinario momento, la verdad! ¡Ah! Me dijo que no es muy amante de la comida coreana, pero que nos debe un relato de la gastronomía del país donde reside.

Siguió la firma:

• María Luisa y Yolanda: nos lo pasamos muy bien contando la historia de los bollos de Bath, y de los éclaires.
• Erika y Dani con su nena. Extraordinaria sensibilidad la de esta mujer, a la que conocía de un día que me vio por Cuenca y me dijo: ‘Tú eres Su de los webos’, y desde entonces no ha dejado de leer un solo post de nuestras cosas.
• El momento de compartir experiencias llegó con José Luis y su hermana. Él es cocinero profesional, y comentaba lo feliz que le hace dar de comer a los demás en el día a día, sin grandes lujos. Un placer saludarles, y aunque a su mujer le dio corte, ¡conste que la vi que se escondía detras de una planta!
• Rosa y su marido, que son corresponsales de webos en la Diputación, ya que Rosa anima a todos sus compañeros a visitarnos.
• También se acercaron mi amiga Isabel y su hermana, a las que quiero muchísimo y que además de llevarse su libro cada una, les apetecía regalarle otro a Sabina, dedicado.
• En la cola estaban esperando mi amigo Angel y su guapísima novia Brenda, libro en mano y con ganas de compartir un ratillo.
• Le seguían sus padres, mis carniceros, a los que quiero tanto. Todas las carnes que aparecen en el libro han sido primorosamente preparadas por ellos, sin saber que acabarían impresas. Me trajeron para firmar un par de libros que querían regalar a su hija Almudena y a unos amigos.
• Nuestros amigos seguían llegando: Olmos con su marido Miguel y sus peques. Se llevaron un libro para dedicar a su madre, que vive en Valencia, y que está presente en muchas de nuestras conversaciones.
• Tuve la ocasión de saludar a un nuevo compañero bloguero, Rober que vino con su novia, y que confesó ser un apasionado de la cocina. Da gusto ver a gente tan joven implicada con el mundo gastronómico.
• Srwebos pudo saludar y dedicar un libro a Conchi, madre de un compañero de clase de cuando eran pequeños, José Luis.
• Mi primo Abel, que vino con su hijo Fran, se llevó un libro dedicado a su madre, que vive en Mota del Cuervo.
• Y mi sobrino Nacho, que no para quieto, y que logré que me prestara atención el momento de la foto. Estuvo con mi hermana, mis hijas y mi madre que pudieron compartir con nosotros ese momento.

[Podéis hacer clic en cualquier foto para verla más grande]

Por último queremos dar las gracias a la Librería El Toro Ibérico, que se portó de maravilla y atendió en todo momento a mis lectores, bueno, y oyentes, que los había que no tenían ordenador ni usaban internet, pero que me escuchaba por la radio y quería su libro de cocina firmado, y a tantos otros que pasaron por el stand y con los que no pudimos hacernos foto.

Gracias a todos. Es que no sé como devolveros tanto cariño y tanto apoyo.
Un beso,
Su