Pistola para hacer galletas: no, no.

Os dije cuando comenzamos la sección de mis cacharros de cocina, que os comentaría mis aciertos y mis fallos. Hoy va una compra que me ha fallado. ¡Ojo! A mí. Igual a vosotros os va genial, pero desde mi punto de vista no creo que sea una buena inversión.

El maquinillo en cuestión es una pistola para hacer galletas de la marca Lacor. No tengo nada en contra de la marca; al contrario, tengo artículos que me han dado un resultado estupendo, pero creo que en este maletín no han acertado. La compré en febrero de 2009, y creo recordar que me costó unos 19 euros. Igual han subsanado alguno de los defectos que le encuentro. En todo caso, os dejo mi experiencia por si tenéis idea de comprarla.

A priori las prestaciones eran estupendas. Entre que en casa son muy de pastas y que yo suelo regalar mis galletas fáciles de mantequilla con frecuencia, pensé que iba a sacarle un partido estupendo: tiene boquillas para todos los gustos y plantillas para hacer todo tipo de formas con las galletas; todo ordenadito en su maletín, el asunto prometía…

Vamos a ponernos en situación con esta historia, totalmente verídica por otra parte

1 de Mayo de 2009
17:00
Lleva en mi armario la pistola casi dos meses. Antes de que empiece el calor ya es hora que me ponga y le dé uso…
Abro el maletín, ¡emoción!
¿Dónde están las instrucciones?
Desmonto todo el instrumental. Ni rastro. ¡Ah! Es que viene sin instrucciones.
Bueno, esto no me va a detener.
¡Fotógrafooooooo! Ven, por favor.
¿Ésto funcionará como la pistola de silicona que tenemos en casa?
Vale, asunto controlado.

17:15
Estoy pensando, la masa que yo tengo estudiada de mis galletas es muy densa. Para que funcione la pistola necesitaré una masa un poco más ligera.
Como tampoco viene recetario, voy a probar diferentes tipos de masa.
Cuaderno abierto, voy apuntando.

17:45
¡Masa lista!
La meto en el cilindro, voy a cerrarlo
¡Umpf! Ya casi…
¡Crack! ¡Se me rompe la rosca!
Pues sí que empezamos bien… ¡Estaré bruta hoy! ¡Si no he apretado tan fuerte!

Niña 1: ¡Mami! ¿Están ya las pastas?
Yo: ¡Nooooooo! ¡Si me acabo de poner!

Bueno, parece que a pesar de tener un trozo de rosca rota, funciona. ¡Venga, adelante!
¿Cómo será esto?
¿Aprieto el gatillo y sale? ¡Ah! Parece que tengo que apoyar la base de la pistola en el papel de hornear… y disparar…
¡Uy! Sale demasiado fluida la masa…
Tendré que hacerla un poco mas densa…

18:30
Niña 2: ¡Mamaaaaá! ¿Cómo vas? ¿Están ya?
Yo: ¡Nooooooooooo!

18:35
Masa más densa lista.
Cambio de disco de forma de galleta.
Meto la masa en el cilindro, doy al gatillo…
¡Uy, no sale! Doy nuevamente al gatillo y ¡salta la rosca! A ver si es que ahora la he preparado muy densa…

Fotógrafo: ¡Yo ya estoy preparado! Para un día que estoy listo a tiempo, parece que tardas…

19:00
Mi madre: ¡Anda! Trae, que te ayude a fregar, que menudo pringue tienes de masas…
Yo: ¡Si me vieran los amigos de webos la cocina que tengo y las artes que llevo…!

19:20
Lo dejaré por hoy, no es mi día. Otro día lo intento.
Voy a hornear poniendo la masa con una cuchara y punto.

22:30
Me acuesto con un cabreo descomunal, pensando que he tirado 20 euros y me quedo con complejo de lerda.

9 de Octubre de 2010
16:00
¡Venga! ¡Voy a darle otra oportunidad al maquinillo! Igual tuve mal día la primera vez… ¡A ver si hoy estoy más espabilada!

18:00
Paso por el mismo trance, lo guardo todo, mi fotógrafo pasa a hacer las fotos para que conozcáis el maquinillo, me quedo con las boquillas para utilizarlas en una manga pastelera normal, y me deshago de ella.

¿Por qué no he acertado con mi compra?
1. Bien es cierto que no es un producto caro, pero que al primer uso ya se rompiera la rosca que cierra el cilindro… Puedo ser muy bruta, y tener un grado de torpeza medio pero estoy acostumbrada a manejar todo tipo de avíos y, hombre, ciertamente no es buen sistema. Sin embargo reconozco que las boquillas son de acero inoxidable y son estupendas.
2. Una máquina que por su uso puede requerir un tipo de masa especial ni muy densa ni muy fluida, debe venir por lo menos con una receta base. Es lo mínimo. De hecho, en cualquier máquina del Lidl por lo menos una receta base te encuentras, y nunca falla.
3. Evidentemente que no hay que ir a estudiar a Salamanca para cargar la pistola y utilizarla, pero no todo el mundo está familiarizado con este tipo de aparatos, y creo que unas sencillas instrucciones ayudaría a ver el producto con otros ojos.

Por lo tanto, esta pistola no pasa mi control de calidad. Pero no sé si es ésta, o son la mayoría, ya que una amiga mía se compró una de eléctrica que salió de oferta en el Lidl hace unos meses y tampoco le gustó. Quizás sea que es un producto barato, y los que hayáis utilizado una de mejor calidad, habréis obtenido una galletas fabulosas. Yo sigo con mis cortapastas, y con mis mangas pasteleras de toda la vida.

Sana, Su Sana