Estas patatas son un plato importantísimo en casa, de los que me piden siempre cuando pregunto ¿qué os apetece comer?.
Seguro que todos las hacéis frecuentemente, y tenéis vuestro propio truco para que se queden con esa capa crujiente que les da el cocerlas con su sal, pero no me resisto a contar la historia de esta receta que hace que además de muy ricas sean para mí tan especiales.
Comenzaré por el nombre: es el apelativo cariñoso que les damos en casa. Mi madre las llamaba así hace muchos años medio en broma, porque esta patata pequeña es la que, en la huerta de mis abuelos, se desechaba para la venta, y es la que se daba a comer a los tres cerdos que tenían. Cocida con su piel y verduras, mi bisabuela les hacia su comida —que llamaban hechura— en un caldero habilitado al efecto. Hoy mismo, hablando de este tema con mi madre, y en pleno mes de Agosto, donde todos nos pirriamos por unos días de vacaciones, me acordaba de lo dura que era la vida de antes, la del campo, donde los animales tenían la mala costumbre de comer todos los días, los gladiolos de ser cortados de madrugada, para ser enviados a Madrid, y el huerto, con esa manía suya de ser cuidado… Mis abuelos jamás tenían vacaciones: eran otros tiempos, otra vida… Lo que os decía: se empezaron a llamar así en casa en broma, y al final, a pesar de los esfuerzos de mi madre por llamarlas de un manera más fina, mis hijas no le hacen caso y para ellas son a la gorriné, y con a la gorriné se quedan, aunque a su abuela le espante.
Patatas a la gorriné
Verduras y legumbres
Española
- 1½ kg de patatas pequeñas redondas e igualitas, de piel fuerte
- 5 puñados generosos de sal gruesa marina
- Agua
Preparación
Poner la patatas lavadas en una cacerola con tapa —mejor cacerola que olla, así evitamos que al cocer fuerte a presión se abran— y echar agua, pero sin que llegue a cubrirlas. Añadir la sal, pero ¡ojo! reservar un puñado para más tarde.
Poner a hervir a fuego alegre, medio tapadas, para que respiren. El tiempo —orientativo, porque depende de la patata— es de unos 20 a 25 minutos. Hay que estar pendiente para que queden cocidas pero que no se rompan, porque quedarían inservibles. Cuando nos parezca, pinchar la patata, y si está cocida, tirar el agua dejando menos de un dedo de la misma.
Echar el último puñado de sal y ponerlo de nuevo al fuego. Cuando el agua que queda se evapora, darles una vuelta con cuidado, y veremos que la sal va formando una costra. Cuando esté evaporada toda el agua, y la patata se quedé un poco arrugailla, está hecha. Si no se han roto estarán perfectas, nada saladas. Es como milagroso este asunto.
Dejar reposar unos minutos. Pelar con los dedos, comer con las manos, gozar con todos los sentidos…
Patatas a la gorriné? Papas arrugadas de toa la vida, acompañadas de un buen mojo rojo picón, una tapita de queso y un buen vino , mmmm…. Que bueno vivir en Canarias. Por cierto me encanta la pág. Muy buenas recetas sencillas, deliciosas, y me encanta lo bien explicado q esta todo, trucos, ideas, etc… Enhorabuena.
¡Hola, Su!
Casi, casi son nuestras arrugadas, menos algún detalle. Depende de la cantidad, se le ponen medio limón o uno en dos mitades y se retira al final. Se comen con cáscara, la cual tiene sus nutrientes. Además de las papas para arrugar normales y corrientes, en las islas tenemos otras variedades superiores maravillosas.
Prueba a hacer una ensaladilla con ellas si llegan a sobrar. Buenísima.
Saludos
En casa de mis abuelos, en Valdeolivas,Cuenca, también se hacía ese guiso para los cochinos, en el caldero colgado de una cadena en la cocina de fuego bajo, todas las mañanas se ponían a cocer las patatas “gorrineras”,junto con remolacha, hojas verdes de verduras, coles, etc., y recuerdo que siempre pedía a mi abuela Ursula que me diera alguna patatilla, ellala pelaba y yo la comía hasta sin sal.Recuerdos y sabores de la infancia. Y estoy de acuerdo, esa si que era una vida dura, pero también eran felices con la escasez y las penalidades de entonces.
me encantan estas patatas, en la frutería digo “dame de esas que no quiere nadie” y a veces alguien al lado dice, “no, que a mí también me gustan”. qué ricas ya las haré de esta manera.
Hola Su, te sigo desde hace mucho tiempo y me encanta la cocina, pero hoy me he quedado de cuadros en el prologo de la receta… cual es la diferencia básica entre olla y cacerola????? por mi pueblo se llaman indistintamente o eso tengo entendido
Olla en mi casa es la olla a presión y cazuela las de toda la vida
Nunca las he hecho, por aquí no se estila, pero lo intentaré, con esas patatas de mi huerta, que se van quedando…. por pequeñas…. Gracias Su!!
No sólo me ha gustado la receta que se ve deliciosa a la vez que sencilla… sino que me ha encantado la ternura con la que nos has explicado su historia.
En mi casa mantendremos su nombre!
oso ondo, esa decir, fenomenal: sabrosura de alimento, sencillo y economico ¿que mas se puede pedir?
Buena receta, En Canarias son las “papas arrugás” de siempre que acompañamos con el mojo, ya sea picón o no. Normalmente con mojo rojo si se comen como entrante o con mojo verde si se comen con pescado.
Me encantan rus recetas ! Te felicito !
No se olviden que esas papas son autóctonas canarias y que difícilmente las encontrarán en otras partes del mundo.
Es cierto que se pueden usar de otra clase pero, nunca serán como las papas arrugás de Canarias, que siemrpe van acompañadas de mojo picón, ya sea verde o rojo.
Hola Consol, por supuesto que teneís un producto único y excepcional. Este post es solamente para explicar como se comían en la huerta de mis abuelos y cómo las comemos desde entonces.
En la isla de La Palma se hacen ademas con un trozo de limon,quedan mas blanquitas,yo lo hago desde que me lo dijeron
Hola, Su.
Mi tía las llama patatas gorrineras, porque su madre las llamaba así. Supongo que por el mismo motivo que tu madre.
En cualquier caso, están buenísimas cocidas así, y son muy socorridas como guarnición, además de perder menos potasio al cocerse con piel. Como tú bien dices, con un chorrito de buen aceite de oliva virgen extra son una delicia.
Creo que esta noche cenaré unas patatas a la gorriné con un chorrito de aceite. No veo el momento de llegar a casa para preparlas.
Muchas gracias por sus consejos, por tus recetas y por tu cariño.
Lourdes.
Un abrazo Lourdes
Su, me encanta el nombre de tus patatas y comprendo que tus hijas lo reivindiquen, no solo por lo gracioso que es sino por toda la historia que trae consigo.
Se parecen mucho mucho a las papas arrugadas que hacemos en Canarias, efectivamente. Aquí tienes nuestra versión: https://www.hornodevapor.com/papas-arrugadas-en-el-horno-de-vapor/ La sal parece extraer una parte del agua que tienen y las hace más mantecosas, sin dejarlas saladas.
Genial Alicia