Tartitas de castañas y mango
Hoy te presento uno de mis postres favoritos que siempre hago por otoño, estas tartitas de castañas y mango. Las hago en cuanto la castaña empieza a aparecer en nuestros mercados y, siempre que puedo, me inclino por comprar la castaña gallega, por su carne y su sabor y porque son hermosísimas.
Tartitas de castañas y mango.
ElaboraciónElaboración30 minutos min
Tiempo totalTiempo total30 minutos min
- 1 sobao hermoso o un trozo de bizcocho
- Moscatel
- ½ kg de castañas de buena calidad
- 2 cucharaditas de mantequilla de una buena marca
- 1 cucharada de azúcar
- 1 mango
Preparación
Deja el sobao unos días envuelto en plástico transparente: se quedará duro pero manejable —se trabaja mejor para lo que queremos hacer, que si no, se desmiga mucho—
Corta el sobao en 4 partes longitudinalmente con la ayuda de un cuchillo afilado.
Pon un poco de Moscatel —o el licor que más te guste— en un plato hondo para emborrachar los trozos de sobao.
Moja los trozos de sobao en el Moscatel y pásalos a un papel de aluminio que te servirá de base.
Sitúa un molde de emplatar cuadrado o redondo, untado con un poco de mantequilla sobre los trozos de sobao y presiona a fondo hasta cortarlos. Retira los bordes. Reserva.
Quítale la cáscara a las castañas —sólo la cáscara— y ponlas a cocer en un cazo durante unos 20 minutos. Retira del fuego cuando estén cocidas. Mientras estén en el agua templada, la piel sale bastante bien; si las escurres, cuesta más. Pártelas con las manos rústicamente, de manera que queden en trozos no demasiado pequeños.
Pon 2 cucharaditas de mantequilla en una sartén antiadherente y cuando esté deshecha —¡ojo! ten cuidado de que no se te queme, porque si no las castañas no quedarían bonitas—, pon las castañas y dales vueltas. Casi al final, cuando estén un poco doradas, añade un poco de azúcar por encima y deja unos minutos a fuego lento, hasta que veas que el azúcar se ha derretido. Retira de la sartén.
Monta dentro del aro de emplatar esta segunda capa, presionando bien con el dedo para compactarla y que al levantar el molde no se desmorone.
Pela el mango.
Pincela con un poco de mantequilla una sartén antiadherente —otra; no podemos continuar trabajando en la misma de las castañas, porque la fruta se pondría oscura enseguida, al tener la sartén restos de mantequilla y azúcar—. Pasa el mango por la sartén. Con 1 minuto será suficiente. Con las rodajas de mango monta la última capa de nuestra tartita.
Espero, si las hacéis, que sean de vuestro agrado, o si se las ponéis a algún invitado, que quede patidifuso al comprobar la mezcla de sabores tan rica… ¡y con tan poco trabajo por nuestra parte!
Tiene buena pinta. Será uno de mis próximos postres. Comentaré el resultado.
Saludos.
Amadeo