Centro de mesa con rabanitos

Tras el éxito que tuvo el año pasado el centro de mesa con cebollas que preparamos para Navidad, hecho en casa de una manera muy fácil, hemos preparado dos, el primero, este centro de mesa con rabanitos, ilustra la entrada de hoy, y otro que veréis próximamente y que os servirá para que vuestras cuñadas se queden muertas en la cena de Nochevieja.

Centro de mesa con rabanitos

Realización

La elaboración es facilísima: solo necesitamos unos rábanos y un cuchillo patatero. Lo hacemos de la siguiente manera tal cual lo ilustramos en la foto que ves:

1. Tallar con el cuchillo patatero el primer pétalo practicando una incisión recta a lo largo del rábano, sin llegar abajo para que el pétalo no se separe. Cuanto más abajo consigamos llegar sin cortarlo más se abrirá el pétalo y más bonito quedará.

2. Hay que intentar que todos los pétalos queden más o menos del mismo tamaño.
3. Sumergir los rábanos en agua muy, muy fría durante un buen rato —más de media hora— para que los pétalos se abran.
4. Pincharlos en palitos da madera de los que venden para brochetas. Cortar cada palo de diferente altura.
5. Hincar las brochetas en una base de plastilina o del corcho especial que venden en los todoauneuro para montar centros de flores.
6. A continuación, con unas velas y un poco de espumillón verde y un plato bonito, los vais colocando a vuestro gusto y os quedará un detalle sencillo. Con muy poco trabajo creo que le dará un toque especial a vuestra mesa.

Vi esta idea en un libro que se llama “Decorar la mesa con frutas y verduras”, de Marco Sabatini, y la he adaptado a mi gusto.

¿Cuánto dura?

El centro dura 3 días perfecto; al 4º empieza a secarse y a partir del quinto hay que quitar los rabanitos porque están secos. Podéis tener el centro preparado el día anterior, o mejor aún, tenerlo a falta de los rabanitos, que pondréis en agua fría unas tres horas antes de la cena, para dejarlos así una hora, más o menos, y poder montarlos dos horas antes de que se presente la tropa en casa.

¿Ah? ¿Que te vas con tu suegra? Pues fíjate. Si le llevas a la mujer este detalle —y no solo hablo para mis lectoras, también para mis lectores, que tengo muchos chicos—, seguro que le das un alegrón. En estas cosas tiene que vencer siempre la ilusión de ofrecer un detalle frente al poco tiempo o la pereza. Sé cómo andamos todos, pero a lo mejor podemos hacer una receta más fácil que nos lleve un poco menos de tiempo, o mientras está la carne en el horno dedicar un ratillo a preparar estos detalles. Eso sí, si los comensales no lo aprecian, les dais un capón de mi parte, que después de que os he mandado hacerlo con todo vuestro cariño…

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