Si me sigues en redes sociales me habrás visto poner infinidad de veces fotos de la Catedral de Cuenca desde todos los ángulos posibles. Además de un lugar de culto para los conquenses es algo más: la Catedral de Cuenca tiene un puesto de honor en la Plaza Mayor, centro de reunión y esparcimiento para mis paisanos y para los turistas. Será de las primeras cosas que te llamen la atención cuando vengas a mi tierra.
Mi catedral tiene, como casi todas la catedrales una historia fascinante y compleja.
Fue consagrada por San Julián, segundo obispo de Cuenca, en el año 1196 cuando se encontraba en sus inicios, fue comenzada por canteros galos entre los años 1182 y 1189 continuando las obras durante todo el siglo XIII.
La planta inicial de la catedral era de tres naves desde los pies hasta el crucero, donde pasaba a tener cinco que se remataban con cinco ábsides, siguiendo las trazas del románico imperante.
En el siglo XV los cinco ábsides fueron sustituidos por una doble girola para aprovechar el desarrollo de las cinco naves de que disponía la catedral. Su nueva planta quedaría formada por una planta de cruz latina, tres naves, doble girola y un profundo presbiterio. El crucero está cubierto por una gran bóveda central de influencia anglonormanda.
Las capillas de las naves laterales fueron construidas en su mayor parte en el siglo XVI, ya en estilo gótico.
Durante el siglo XVII se construyó la capilla del Sagrario.
Su exterior se renovó casi por completo en el siglo XVI. En el siglo XVIII se reformaron tanto la fachada como las torres, dándole al edificio un aspecto barroco. Esta reforma afectó a la fachada principal que había sido mandada construir por el rey Fernando III y que disponía de dos torres góticas gemelas. Las torres de la fachada junto con otras dos torres que tenía la catedral desaparecieron durante un incendio, lo que dio motivo a nuevas reformas, llevadas a cabo en el año 1720 por Juan Pérez y nuevamente en 1723, esta vez bajo la dirección de Luis de Arteaga.
Ya en el siglo XX y como consecuencia de los daños sufridos por la fachada, al hundirse la torre de las campanas en 1902 por la caída de un rayo, se procedió a su reconstrucción en el año 1910, dándole el que es su aspecto actual, una fachada de estilo neogótico obra de Vicente Lampérez. En la parte mas alta encontramos una imagen de San Julián que curiosamente es la única imagen que existe en toda la fachada, que da por tanto una impresión de maravillosamente inconclusa.
Cuando la visites podrás ver que el templo se cubre con bóvedas sexpartitas que arrancan de un haz de pequeñas columnas. La nave central se separa de las laterales por medio de grandes arcos apuntados que se apoyan sobre pilares de distinto grosor. Este tipo de bóvedas coinciden con el gótico primitivo del norte de Francia.
Es distinto al de las demás catedrales góticas españolas. Es muy estrecho y por eso se le llama falso triforio. Tan original como hermoso, crea una estructura única en España que sirve de transmisión de fuerzas desde las bóvedas hacia los arbotantes exteriores.
No puedo dejar de nombrar la Torre del Ángel se construyó sobre el crucero para dar luz al interior a modo de linterna. Su planta es por tanto cuadrada.
De las vidrieras originales de la Catedral sólo se conservan cinco, las cuatro de la Capilla de los Caballeros, y la del rosetón que corona el Arco de Jamete. El resto responde al proyecto impulsado en los años 90 del pasado siglo, cuando el Cabildo elaboró una orientación iconográfica sobre el mensaje que debían transmitir las vidrieras y la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha encargó el proyecto de vidrieras al arquitecto Magín Ruiz de Albornoz y al maestro vidriero francés Henri Dechanet. Las vidrieras fueron diseñadas en clave abstracta por artistas vinculados a la ciudad de Cuenca de la talla de Gustavo Torner, Gerardo Rueda, Bonifacio Alfonso y Henri Dechanet, con la excepción de la que se encuentra en la Capilla de San Mateo, ideada por el propio arquitecto.
Si ya es sorprenderte verla de día cuando la luz entra por sus hermosas vidrieras por la noche es especial. Hace unas semanas tuvimos la ocasión de asistir a una visita nocturna absolutamente maravillosa. Tiene una duración de casi una hora, pero se me hizo cortísima. Se realiza un recorrido espectacular las partes más importantes comenzando desde el Coro, recorriéndola hasta la Girola, saliendo al Claustro y la Capilla del Espíritu Santo, para concluir de nuevo en el Coro, siguiendo el fabuloso guión escrito por el Director de la Catedral de Cuenca, Miguel Ángel Albares, que narra con una voz impresionante el polifacético Gustavo Villaba, que en su día a día escribe, recita, canta, fotografía… De música de fondo, el Oratorio de Navidad de Bach, que también ayuda.
A pesar de que en la visita se avisa con antelación que se vaya abrigado, en ningún momento pasamos sensación de mucho frío. El ambiente, la iluminación y la música nos resultaron magníficas.
La visita concluyó con una copa de resolí, licor típico de mi tierra y unos dulces en la magnífica Sala Capitular de la propia Catedral.
Te dejo con un vídeo que hemos preparado con las imágenes de la visita y otras que grabamos al día siguiente, con el permiso de la Catedral.
Es un plan cultural que sin duda recomiendo. Tienes más información de próximas visitas nocturnas aquí.
Si además necesitas algún otro consejo sobre Cuenca, puedes leer la entrada que escribí hace unos años y que sigue de perfecta actualidad.
Su
Fuente: Catedral de Cuenca
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yo les pongo ajos...
No me los pierdo!!!!! una cosa que tal quedan hechos el día anterior? me gustaria...
Me encanta. Aprovecho verduras de las que hay que dar salida, y luego en todo tipo...
¿Crees que se podría hacer en olla lenta? Tiene muy buena pinta esa receta!!!...
Buenisimosss...
Ostras, Su… qué ganas de volver a Cuenca me están dando :-)
Estuve por tu tierra hace unos años y me encantó. Tenia un novio con familia allí y creo que me la “enseñaron” bastante bien, la ciudad, su “playa”, 2 hoces (no recuerdo el nombre, sí las vistas) y el nacimiento de 2 rios también, solo recuerdo el nombre del rio Cuervo pero me gustó muchísimo más el otro por ser diferente a todos los que he visto (un color espectacular, esmeralada, un círculo precioso en el suelo verdoso) ay! qué nostalgia.
La catedral solo la “vi”, con esta lección que nos has dado reconozco que he de volver y prestarle más atencion. Ahhh, también me impactaron las lagunas de… de… ¿la cañada?, madre mia! si casi no me acuerdo ni del novio, xd- jajajjja
un abrazo barcelonés.