A Xandra Luque no le importa ser conocida por tener el título a la mejor ensaladilla en Madrid en 2022, porque da pie a que sea conocida su labor de jefa de cocina de un hospital. En él, además de cocinar de maravilla para los enfermos, se preocupa, junto a todo su equipo, de la compra, del tema nutricional, del emplatado al momento, justo antes de subir los platos a las habitaciones de los enfermos, y de controlar que cada una de las partidas funciones perfectamente.
Tengo la suerte de conocerla hace tiempo a través de mi amiga Merche, que fue quien me la presentó. He podido probar varios de sus platos, también su ensaladilla, claro, hecha con mucho cariño y trabajo. Lleva patata pochada, bonito escabechado con vinagre de manzana, verduritas naturales, pimienta negra, laurel, guisantes frescos, mayonesa emulsionada con aceite de oliva virgen extra y una esferificación de aceituna manzanilla. El conjunto es untoso en boca y exquisito.
Pero hoy quiero que la conozcas por su proyecto en la Clinica Universidad de Navarra, donde como jefa de cocina, y de la mano de Concepción Manrique, han hecho cosas que me alucinan que se puedan hacer en un hospital, y sé de lo que hablo porque mi padre estuvo mucho tiempo ingresado en diferentes hospitales con una calidad profesional médica extraordinaria, aunque la cocina dejaba mucho que desear.
Cuando estuve visitando su cocina me comentaron que ellas adaptan los menús hospitalarios para intentar lograr no solo la idoneidad nutricional, sino la mejor aceptación del paciente durante su internamiento, con el fin de ayudar a prevenir o revertir la desnutrición hospitalaria, al tiempo que se busca que la comida sea un momento de disfrute. En resumen, transformar la experiencia de la comida hospitalaria en una experiencia más del cuidado de los pacientes y en una parte muy importante de su recuperación.
También me contaron, con esa pasión en los ojos de las personas que creen en un proyecto, la manera de llevarlo a cabo:
Además, haciendo esas cosas que se deben hacer en una casa para evitar desperdicios: dejar las frutas más feas pero en buen estado para batidos, aprovechar las partes verdes del puerro y de otras verduras para cremas y un largo etcétera de apaños que me dejaron encantada. ¡Ya sabéis lo que mola la cocina de aprovechamiento!
Y os dejo con sus palabras hablando de su trabajo, me parecen muy significativas
Mi idea desde que empecé a trabajar en Clínica Universidad de
Navarra fue, ¿por qué hay que hacer “comida de hospital”? Vi la necesidad de crear un modelo único hospitalario, sin seguir ningún canon y con un objetivo muy claro: el paciente, su salud y su satisfacción personal.
Para ello, partí de una idea que tenía en mi cabeza: la transmisión de emociones sensoriales y gustativas a través de los platos. Siempre luché por transmitir a través de la gastronomía, y con los pacientes vi el sentido real de mi dedicación estos años atrás.
¿Podría ser capaz de mejorar su enfermedad? ¿Conseguiría hacerles sentir mejor?
El hecho de encontrarse postrado en la cama de un hospital era una situación que me conmovía y me trasladaba a un espacio completamente diferente al que estaba habituada a sentir en los restaurantes. Esta sensación abrazaba una parte profunda de mi interior, que me llevaba a querer estar más cerca de ellos, aunque no pudiera ser físicamente.
Me preguntaba qué sentirían, cómo podía hacerles sonreír al destapar la bandeja, cómo hacer de su rutina diaria un día diferente, aunque el entorno fuera hospitalario.
Tras largos meses de intenso trabajo y pruebas de platos, decidimos poder extenderlo a diversas patologías y particularidades dietéticas y me surgió un nuevo reto: crear platos atractivos con una importante restricción de ingredientes. Y así se hizo. Siempre la base fue apostar por el amplio abanico que nos brinda la dieta mediterránea, rica en ingredientes, de lo más variado por las diferentes épocas del año, con infinidad de combinaciones para dar una vuelta de tuerca al paladar más exigente.
Y me despedí de ella, viéndola trabajar en la zona de emplatado, mientras Conchi me enseñaba el libro azul, una carpeta maravillosa, llena de notas manuscritas de los pacientes, un verdadero tesoro de agradecimiento que nos dejó a todas con un buen sabor de boca.
[Puedes hacer clic sobre cualquier foto para comenzar una presentación a pantalla completa]Su
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yo les pongo ajos...
No me los pierdo!!!!! una cosa que tal quedan hechos el día anterior? me gustaria...
Me encanta. Aprovecho verduras de las que hay que dar salida, y luego en todo tipo...
¿Crees que se podría hacer en olla lenta? Tiene muy buena pinta esa receta!!!...
Buenisimosss...
No puedo decir que me gustaría estar en la Clínica para poder defustar los platos de Xandra, pero sí pedirte Sue que nos transmitas alguna de sus recetas. Muchas gracias!!
Qué maravilla!! Ojalá se pudiera trasladar esta iniciativa a todos y cada uno de los hospitales de toda España. Está claro que la alimentación es una parte muy importante en la recuperación del paciente. Gracias por compartir!!
Que maravilla de post :)
Ojalá más Xandras y que esto se repita en más hospitales
Se me empañan los ojos leyendo este artículo…..
Reconcilia con el mundo conocer estas historias.
Gracias por compartirlo
Que maravilla. Que agradecida estoy yo a esta gente que nos cuida tanto cuando más falta nos hace…
Eso si q es cuidar al enfermo