Sobras: diez claves para saber qué hacer con ellas
Hace unos días publiqué este texto en redes sociales:
Cifras tomadas del Ministerio de Agricultura; me da lo mismo que las cifras no sean exactas, es una barbaridad.
En mi casa este tema es sagrado. Desde hace muchos años he seguido el sistema de mi madre. Ella es caso aparte, porque te reconvierte una sobra en otro plato mejor que el primero, y eso es un arte que se lleva innato. Yo lo hago bien, pero no con su maestría. Eso sí, en mi casa me he criado bajo el lema ‘no se tira nada’, y cuando digo ‘nada’, es ‘NADA’. Las raciones se hacen pensando en la cantidad justa, y si sobra alguna cosa se convierte en otra receta automáticamente, siempre con la idea de hacer más agradable el tema sobras. Con lo cual yo le cogí el gusto a esto de aprovechar todo y no tirar nada, y menos mal que disfruto con ello, ya que en este caso, de no haber seguido estas enseñanzas, hubiese tenido graves problemas con la jefa del clan.
Creo que en el fondo lo que pasa ahora es que el poco tiempo de que disponemos nos lleva inevitablemente a coger el plato, mirar el cubo de la basura y pensar “bah, no merece la pena estarme quitando la carne de los huesos de la gallina del caldo para hacer unas croquetas”. ¿O no es el tiempo, sino el uso que hacemos de él?
Siempre me acuerdo lo que dice mi amiga Ajonjolí en su blog: A nadie le sorprende que los españoles vean una media de cuatro horas de televisión al día. Sin embargo, el hecho de dedicar hora y media a preparar la cena cada noche a mucha gente le parece raro y te preguntan que cómo tienes tiempo.
Hace años que estoy detrás del tema de las sobras. Ya escribí una entrada sobre la cocina de sobras, muy presente en lo que yo he vivido.
Consejos para reutilizar las sobras
Te doy unos consejos muy básicos pero que viene bien recordarlos para tratar de la mejor manera las sobras:
1. Conserva adecuadamente los alimentos que sobren. Si los vas a congelar, hazlo inmediatamente: no los tengas dando vueltas por el frigorífico, porque pierden sabor y textura.
2. Envuélvelos correctamente en un recipiente con la menor cantidad de aire posible o envueltos en plástico transparente o en una bolsa zip. Pon una pegatina para saber la fecha de congelado. Si los vas a guardar en el frigorífico hazlo en el sitio donde no estén mezclados con los alimentos frescos y también bien envueltos para que no se resequen.
3. Procura consumir siempre lo más antiguo. Para poder hacerlo debes tener el frigo/congelador un poco ordenado. Lo más antiguo más a mano. Con un frigorífico caótico tardarás más en organizar tus ingredientes.
4. Ten siempre unos alimentos básicos en tu despensa: te ayudarán a tener más posibilidades de reciclar unas sobras.
5. Uno puede hacer de un plato de sobras otro plato magnífico pero eso no significa que tengamos que estar todo el día comiendo sobras. Ajusta las cantidades, si te equivocas una vez, no pasa nada, que nadie nace enseñado, pero recuerda para la próxima poner menos cantidad.
6. No tires la fruta demasiado madura o algo tocada: puedes preparar batidos, crumbles o mousses.
7. Con las verduras menos tersas se preparan cremas, sopas o caldos.
8. Los restos de carne o pescado pueden emplearse para hacer croquetas que luego pueden congelarse, fantásticos sandwiches o pasteles salados con bases de hojaldre o masa quebrada.
9. Aprovecha tu tiempo. Si haces tomate frito casero haz el doble de cantidad, y luego congela las raciones que creas conveniente: siempre tendrás tomate a punto que te puede servir para acompañar unas sobras. Por ejemplo, si te ha sobrado carne picada, sacas tomate frito y te montas una boloñesa que para qué.
10. Si una cuña de queso se ha quedado un poco reseca y empieza a dar vueltas por el frigo, rállala para acompañar pasta. Incluso la puedes congelar rallada.
Estos son algunos ejemplos. A partir de ahora veremos ideas concretas, recetas que hacer cuando te sobre pollo, pan, verduras o legumbres, por ejemplo.
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