Esta tarta San Marcos es una de las favoritas de casa. Vais a encontrar la preparación un poco larga, pero es de fácil realización. Pero ¿qué hay de repostería que no sea entretenidillo de realizar?No hay unanimidad respecto a su presentación, ya que unas veces me la he encontrado con el relleno de una capa de nata y otra de crema pastelera. Yo opto por el relleno que siempre hemos hecho en casa que es una capa de nata y otra de trufa.Ya, ya, ya. Ya sé lo que vais a pensar ¡que pereza…! con el calorcito que hace ya, para meterme en este embolado. Sí, sí, hay que meterse, porque es un placer, y no estamos para ir perdiendo placeres así como así. Bastante tenemos con los sinsabores diarios, para desperdiciar el darnos un gusto al cuerpo.
Tarta San Marcos para Thermomix
Postres y tartas
Española
Ingredientes
Para el bizcocho
120gde azúcar
4huevos
120gde harina
Un pellizco de sal
1cucharaditade levadura royal
Para el relleno
550gde nata montada para el relleno
200gde nata para la cobertura lateral
2cucharadasde cacao puro sin azúcar Valor
200gde azúcar
Para el almíbar
100gde azúcar glas
1vasode agua
½vasode brandy
Para la cobertura de yema
150gde azúcar
50mLde agua
4yemas de huevo
1cucharadade maicena
Para adornar
Azúcar moreno para quemarla con el soplete
Almendras tostadas fileteadas
Algún pariente para ponerlas.
Preparación
Preparación del bizcocho
Precalentar el horno a 180˚.
Poner la mariposa en las cuchillas. Añadir el azúcar y los huevos. Mezclar 6 min. 37˚, vel. 3 ½.
3 Programar de nuevo el mismo tiempo y velocidad sin temperatura.
Añadir la harina, la sal y la levadura y poner 10 segundos, vel. 2 ½. Terminar de envolver con la espátula. Verter en un molde engrasado de 22 cm. y hornear 30 minutos, calor arriba y abajo.
Dejarlo enfriar en una rejilla.
Preparación del almíbar
En un cazo poner el agua y el azúcar. Cuando hierva, añadir el brandy y dejar unos minutos hasta que reduzca.
Poner a enfriar.
Preparación del relleno
Montar 750 gr de nata para el relleno y la cobertura lateral, con 200 gr de azúcar, y si tenéis, estabilizante de nata.
Dejar como 200 gr para la cobertura lateral. De la nata que queda, dividir en dos partes. A una de ellas se le añade dos cucharadas de cacao en polvo y se envuelve cuidadosamente con unas varillas hasta obtener un color homogéneo.
Reservar en la nevera.
Preparación de la cobertura de yema
Hacer un almíbar con el agua y el azúcar en un cazo no muy grande. Dejar cocer unos 5 minutos y retirar del fuego para que se temple.
Mezclar las yemas con la maicena en un bol, y remover bien con unas varillas.
Poner el cazo al fuego otra vez y añadir el preparado de las yemas mezcladas con la maicena, y remover con las varillas hasta que espese.
Poner en un cazo más grande —donde pueda caber bien el que estamos trabajando— agua muy, muy fría.
Retirar del fuego la crema de yemas. Meter el cazo donde las hemos hecho dentro del cazo mayor con agua fría, y seguir dándole vueltas. Con esto conseguimos que se enfríe rápidamente, tenga un bonito color y no se oxide.
Montaje
Cortar el bizcocho en tres planchas horizontales del mismo tamaño.
Preparar la fuente donde vayamos a presentarla.
Preparar cuatro tiras de papel de aluminio, formar una corona circular con ellas, y colocar debajo de la primera capa de bizcocho, con el fin de que el sobrante de la nata de la cobertura lateral caiga a este papel y al retirarlo quede el plato de presentación perfecto. Este truco lo conocí por Cane, que es la mar de apañada.
Sobre la primera base, verter almíbar —no en exceso para que no se rompa cuando sirvamos—. A continuación, poner la primera capa de nata montada. Hay que esparcirla con cuidado por toda la superficie para que quede perfecta. Yo me ayudo de una espátula de repostero, que es larga y plana, y ayuda mucho en este cometido. Si no tenéis, un cuchillo largo os servirá.
Poner la segunda plancha encima y mojarla con el almíbar. Poner la nata trufada.
Colocar la tercera capa de bizcocho, y bañarla en almíbar. Hay que tener en cuenta que poco a poco iremos cogiendo el truquillo del almíbar, si ponemos mucho, al cortar queda feo, y si ponemos poco, el bizcocho queda un poco seco. Así que el punto ideal se coge practicando. Además, cuando la sirvo procuro tenerla muy fría para que el corte sea bonito.
Poner finalmente la cobertura de yema —deberá estar muy espesa—, espolvorear con azúcar moreno, y quemarla con un soplete.
Limpiar bien los laterales con la espátula, y proceder a repartir el resto de la nata que teníamos reservada por la pared vertical de la tarta.
Tostar las láminas de almendra en una sartén unos minutos moviendo constantemente, pero con cuidado, para que no se rompan, hasta que se doren.
Poner las láminas con paciencia.
Dejar enfriar unas horas.
Para no acabar hasta el moño de la tartita, os aconsejo hacer el bizcocho la tarde de antes.
Para poner las laminas, senté en una mesa a mi familia, cada uno con unas pocas almendras, todos alrededor de la tarta, en cinco minutos estaba todo el lateral cubierto. A esas alturas de tarta, si me tengo que poner yo sola a poner las laminitas, me da algo. ¿que no queda perfecta?… pues no pasa nada. Estando rica es lo que importa. No somos profesionales, somos pasteleros aficionados, eso sí, con mucha afición.
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