Recetas sencillas y baratas
Que en Enero siempre ha habido cuesta está claro. Estos años quizás menos porque la cuesta está un mes sí y otro también.
En casa hay mucha receta de precio medio y bajo y hoy os ofrezco una de mis recopilaciones que espero junto con unos consejos muy básicos que os doy a final del post que os sean de utilidad.
Este recetario se quedará en un banner a la derecha de la página para que lo tengáis a mano.
Entrantes
Menestra de verduras: dos propuestas |
Ensalada de pasta con ventresca | |
Ensalada de pasta para niños | |
Ensalada de pollo | |
Ensalada de pollo y mango | |
Ensalada templada de morcilla | |
Ensaladilla Cuéntame |
Acquacotta —mi versión— | |
Sopa castellana | |
Sopa de espárragos trigueros |
Crema de lentejas | |
Judías blancas con codorniz | |
Lentejas con lacón y verduras |
Arroz con verduras y demás | |
Arroz de Pals relleno | |
Arroz negro |
Bacalao a la manchega | |
Bacalao a la portuguesa | |
Bacalao confitado con pisto |
Vasos de fruta y yogur | |
Milhojas de trufa |
Imprescindibles
- Pensar un poco en la organización de los menús, para que sean equilibrados, variados, y con productos de precio moderado. Molestarse en darle vueltas es algo que compensa.
- Buscar las ofertas de los supermercados, mirando siempre bien los tiques antes de salir y llevarnos la compra, ya que a veces hay confusiones con productos que nos parecía que estaban colocados en el lineal como oferta y luego no es cierto.
- Volver a los mercados y comprar los productos de temporada. Ir con la mente abierta a comprar, por ejemplo, el pescado fresco de oferta, y luego buscar la receta o acoplarla, no al contrario, ir empeñados en buscar un producto que a lo mejor ese día está por las nubes.
- Racionalizar el consumo, haciendo las raciones que vayamos a comer y no tirar la comida sobrante. Hacer un arte de reciclar las sobras y cocinarlas aún mas ricas que el plato original.
- Hacer vuestro adobo de cerdo. Con él podréis hacer un montón de recetas de cuchara a un precio estupendo, como unas patatas con costillas, cualquier legumbre acompañada de nuestras tajadas adobadas, o un arroz con patatas y costillas.
- Rescatar comidas de las que se hacían en casa cuando éramos pequeños, por ejemplo, hacer del cocido uno de nuestros imprescindibles. Con él puedes hacer una sopa de arroz, una lasaña de cocido, o presentarlo como siempre, que para los que nos gusta es un placer.
- Hacer vuestro tomate frito casero, que podréis utilizar en infinidad de recetas, para pasta, empanadas, sofritos…
- Dejar a un lado la comida precocinada, que es muy cara y no siempre saludable. Para eso hay que dedicar tiempo a cocinar, cosa que a veces es complicada con los horarios. Yo cocino muchas cosas el fin de semana. No tengo tiempo ocioso, pero me da mucha tranquilidad enfrentarme a la semana con mis comidas avanzadas.
- No escatimar en tener unos buenos productos básicos de despensa como puede ser un buen aceite de oliva virgen extra, harina, legumbres, arroz…Pero lo que yo hago es no caer en la tentación de comprar productos vestidos de gala, como por ejemplo el capricho de un aceite de oliva virgen en cristal, sino que busco el envase más barato pero de mejor calidad, y como con el aceite, con todo.
- Y por último, una antigüedad de las mías: tener un presupuesto mensual asignado para la comida, razonable y que se averigua a base de calcular durante unos meses cual es el gasto real en comida. En los últimos tiempos se ha generalizado el uso de la tarjeta y siempre con las prisas es complicado sentarnos a ver cuánto nos hemos gastado… Total, como se va pagando de ahí… Si volveís al mercado hay que retomar el pago en metálico, y tener conciencia de lo que nos queda —sí, sí, todavía esto existe; yo lo hago y me va muy bien en el control de mi economía—. De la tarjeta, por supuesto que soy partidaria para otras muchas cosas, entre ellas para mis compras de productos de despensa en mis tiendas favoritas online, pero para el día a día prefiero el eurete en la mano.
Es fundamental plantarnos y saber en qué y cómo nos gastamos el dinero, antes de que vengan Merkel o Sarkozy y nos digan cómo hacerlo.
Su
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